Nadie debería darse por sorprendido de que en ese menú gringo servido a manteles y en varias tandas del reality show en vivo y directo de sus elecciones nos tuvieran reservada la no menos suculenta entrada de la defenestración de Trump.
O qué otra cosa diferente a una defenestración podría ser eso de que grandes cadenas corporativas de la comunicación CBS, NBC y CBNC, incluso la cadena Fox News (que es de la casa republicana), dizque en nombre de la verdad tiraron por la ventana de la Casa Blanca la alocución partidista del astuto Donald Trump, quien en modo de ráfaga emitía otra de sus intempestivas retahílas de autoelogios, provocaciones incendiarias y decisiones sin ton ni son.
Suele suceder que las defenestraciones empiezan como el hecho anecdótico de los floreros de Llorente que son, pero terminan escalándose con el tiempo, en inesperados conflictos geopolíticos. Ni para qué referirnos a lo que siguió después de la primera defenestración cuando Adán y Eva fueron arrojados por las ventanas del paraíso.
Nos advierte la historia que ante las defenestraciones se vienen largos años de confrontación abierta y sangrientas guerras continentales, como aquella cuando por razones religiosas en 1419 una turba de protestantes husitas de Bohemia se tomaron el ayuntamiento de Praga y lanzaron por las ventanas de la torre de 70 metros de altura a varios de los ediles que en esos momentos sesionaban y que desató una guerra de 20 años. O la otra en que también por razones religiosas en 1618 un grupo de nobles protestantes se toma el castillo de Praga y arroja por las ventanas a dos gobernadores representantes de Fernando II, el Emperador católico de los Habsburgo, que sólo vino a terminar después de 30 años, con 10 millones de muertos.
Y los tiempos de hoy, donde sectas partidistas por desgracia más sectarias que religión antes conocida y que de adentro y de afuera en el más ramplón de los oportunismos injerencistas tomaron partido con sus respectivas barras bravas, no serán la excepción.
Bueno, ese fresquito sentido por la derrota del fantoche, xenófobo, racista, acosador, embaucador y estafador multimillonario se nos pasa de una al saber que también ha sido el triunfo de la élite plutocrática financiera mundial, la que no deja de celebrar. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos pasará al segundo plano y volverá a asumir el mando la Reserva Federal FED propiedad de los Rothschild, Rockefeller, Warburg, Soros, Goldman, Sachs, Bank of américa, J.P. Morgan Chase, Citi Group, Mizuho Financial, BNP Paribas, SMBC Group, HSBC, Mitsubishi UBJ Financial y Wells Fargo, entre otros.
Sí, ahí están, esos son los mismos del bloqueo y saboteo a Cuba; de las primaveras árabes con sus estados islámicos que desestabilizaron a Siria, Libia y el Medio Oriente; de la declaratoria de guerra a Venezuela en 2015. Entonces, si ellos son los mismos que aprovechando la pandemia están ad portas de imponer el Nuevo Orden Mundial (NOM).
Nada qué celebrar que los verdaderos ganadores son viejos conocidos.
Dicha élite financiera mundial de poderosos banqueros seguirá con su hipócrita discurso del cambio climático, siendo que ellos mismos además de monopolizar desde años atrás las patentes de energía eólica y solar, las que por cierto son energías limpias, renovables, alternativas y necesarias que urgen ser aplicadas contra el cambio climático y que en principio no tendrían por qué ser negocio si el sol brilla y el viento ventea gratis para todos, también controlan territorios, yacimientos, gobiernos, legislaciones y fletean candidatos que le jueguen al discurso al tiempo que aceitan los engranajes de las locomotoras mineras en todos los rincones del mundo.
Quedamos todos preavisados de que por los banqueros los conoceréis.