Irse del Movistar al Arkea tuvo sus consecuencias negativas para Nairo Quintana. La principal y que más lo ha afectado es que, como no es un equipo World Tour sino Proteam, lo que implica que no puede ir a las tres grandes vueltas sino que depende de las invitaciones que le den.
Por ser un equipo francés, al final siempre terminaba siendo invitado solo al Tour, por lo que la única opción de Nairo era esa carrera para destacar con los mejores. Sin embargo, la quiebra del equipo africano Qhubeka le abrió un cupo y este año el colombiano tiene las posibilidades de disputar el Giro, el Tour o la Vuelta.
En un calendario sensato lo mejor para Nairo es hacer Giro y Vuelta sacrificando el Tour. Tendría mucho más tiempo de descanso entre ambas carreras y podría afrontarlas en mejor estado y con menos presión. Teniendo en cuenta que el Tour es muy pegado a cualquiera de las otras dos, ir a Francia es un esfuerzo físico sobrehumano que ya a sus 32 años ya pesa. Los años lentamente pasan y el Nairo que se va a hacer Giro y Tour o Tour y Vuelta en 2022 no es el mismo físicamente que el Nairo de 25 años que lo hacía en 2015 y 2016.
Esto no es ningún descubrimiento. El mismo Quintana y el equipo saben que son altas las posibilidades de no rendir como se espera haciendo dos grandes vueltas consecutivas, pero los patrocinadores y el dinero mandan. El Arkea francés no puede presentarse en el Tour sin su corredor más importante y el que más vende, por lo que por encima de su beneficio deportivo, Nairo estará listo una vez más para asaltar el Tour. Todos esperan que al final termine teniendo un buen desempeño y que todo este esfuerzo no lo haga terminar quemado a final de 2022.
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