“La decisión de Santos con Petro fue torpe”

“La decisión de Santos con Petro fue torpe”

Iván Cepeda piensa que el presidente desconoció al Sistema Interamericano creyendo que es un decorado que el gobierno puede ignorar a su antojo. La izquierda se va a hacer sentir.

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marzo 20, 2014
“La decisión de Santos con Petro fue torpe”
Foto: Publimetro.co/EFE

Iván Cepeda recibió otro grado en política cuando en las pasadas elecciones legislativas obtuvo más de 84.000 sufragios. No solo pasó de la Cámara al Senado sino que se convirtió en jugador de primera línea de la izquierda.

Su partido, el Polo Democrático, perdió tres senadores, sin embargo, Cepeda considera que a la izquierda no le fue tan mal si se hace un balance general. Anticipa que el próximo Congreso será de luchas “intestinas” y de “grandes polémicas”.

Sobre la decisión del presidente Juan Manuel Santos de no acatar la solicitud de la CIDH de suspender la destitución de Gustavo Petro, como medida cautelar, dice que fue un error político, pero también que se rompió con el sistema internacional de protección a los derechos humanos. Cepeda, quien es hijo del extinto dirigente de la UP Manuel José Cepeda y ha sido amparado por medidas cautelares en el pasado,

vaticina un escenario complicado para la reelección del mandatario y un sacudón en la mesa de La Habana.

¿Qué pasa ahora que Petro queda fuera de la política?

–La decisión del Procurador es completamente arbitraria. Uno tiene que acatar la decisión de los órganos competentes, pero la decisión de Ordoñez no solo es desproporcionada sino que no toma en consideración los hechos, como en otras actuaciones: desacata los fallos, hace lo que quiere con los derechos de determinados sectores de la población y tiene un estilo que nos está conduciendo a un estado oscurantista

–¿Qué piensa de la decisión del presidente Santos de no acatar las medidas cautelares para que Gustavo Petro permaneciera en la alcaldía, como lo sugirió la CIDH?

–Creo que es una decisión de una inmensa torpeza y al mismo tiempo supremamente lesiva. Por una parte implica una ruptura frontal con el sistema nacional e internacional de Derechos Humanos, lo cual ubica a este gobierno bajo observación y presión internacional. Nosotros nos vamos a encargar, por su puesto, de que esto no pase inadvertido. No es posible que el Presidente, utilizando un lenguaje leguleyo, desconozca un principio básico. El sistema interamericano no es un decorado que el gobierno puede ignorar a su antojo.

En segundo lugar, se rompe de manera traumática un proceso que venía dándose en la ciudad de Bogotá, no sin equivocaciones, pero que estaba generando procesos sociales muy importantes en la ciudad de Bogotá. Una vez derrocado por la vía legal, genera una indignación y que va a radicalizar sectores sociales y políticos, que ya venían siendo muy críticos del Estado, el gobierno y la institucionalidad.

Y en tercer lugar este es el peor mensaje al proceso de paz de La Habana. Se siembra una profunda desconfianza de que en el futuro se incumplan unos acuerdos que hoy se están discutiendo.

–¿Cómo afecta esta decisión las elecciones presidenciales?

–Definitivamente el propósito y la aspiración reeleccionista quedan hoy bastante maltrechas. Creo que va a ser más difícil que Santos pueda reelegirse. Porque va a aumentar el caudal de ciudadanos que piensan votar en blanco y seguramente esto va a suscitar reacciones políticas que vamos a ver en los próximos días y semanas.

–Pasemos al balance del Congreso. ¿Esperaba una votación como la que obtuvo?

–Esperaba una votación aceptable, pero esta fue una buena votación por lo que representó la campaña. Una campaña nacional es una empresa quijotesca en todo el sentido de la palabra, que nos permitió construir una serie de estructuras que a nosotros nos interesa. Los jóvenes que están viendo por donde se meten a hacer política. Ahí pudimos meter a muchos y organizarlos. O sea que no solo fue la votación sino el proceso en sí mismo.

–En las 2 Orillas salió un análisis que relaciona su caudal electoral con los sitios en los que tiene presencia a UP. ¿Cuál es su opinión?

–Indudablemente hay una parte de mi votación que proviene de La UP y otra del Partido Comunista, entre otras cosas por razones genéticas. Mucha gente vota por mí por lo que representan la historia de mi padre y mi madre en el movimiento de izquierda. Pero esa no es mi votación fundamental. Mi votación está concentrada fundamentalmente en cuatro partes: Bogotá, Bucaramanga, Barranquilla y una parte en Medellín.

El resto, donde está la influencia rural de la UP no hay una gran votación. Caquetá obtuve como 700 votos. En parte porque votar es algo imposible. Los electores, que son campesinos, deben afrontar inmensas presiones, deben pasar el filtro del soborno. Después, resistir a la presión armada. En algunas partes poner un afiche mío en una vivienda es una sentencia de muerte. Y si logran atravesar esos filtros el voto se lo pueden robar fácilmente. Seguramente sí hubo una votación de la UP, pero la gran mayoría fueron votos de opinión y de gente que no es de izquierda.

–¿Quiénes más votaron por usted?

–En las encuestas que hizo César Caballero que salieron victoriosas en este proceso de predecir lo que iba a pasar, él se tomó el trabajo de preguntar por el origen político de los votantes. En mi caso hay votos de izquierda de Progresistas, gente del Polo, Up, por supuesto. Pero hay gente que vota desde el conservatismo, el liberalismo, incluso del Centro Democrático. Yo diría que la causa de los derechos humanos de las víctimas y la paz, tienen un componente de la esencia de la izquierda pero también abarca otro tipo de sensibilidades e ideologías.

–¿Cómo vio la votación de la izquierda?

–Yo diría que buena con relación a lo que se esperaba. Es evidente que la izquierda no avanza pero se mantiene. Y mantenerse en estas condiciones es especialmente valioso.

–¿Cómo se mantiene?

–El Polo retrocedió tres curules en el Senado y perdió otras dos en la Cámara. Pero la votación progresista y del Polo da un número de curules igual a las que había en la bancada anterior. Participar con métodos transparentes, como nosotros lo hacemos y se debe hacer, es difícil. Ganar electores, hacer que la gente se entere sin tener esa maquinaria. En Barranquilla si tú no tienes 70 millones de pesos para movilizar a la gente, no pueden ir a votar. Empezando porque todo el transporte público lo tienen las casas tradicionales: los cepedas, chares y gerleines, luego en la Costa Atlántica es una Odisea.

Pero también por la división de la izquierda y todo lo que ha venido ocurriendo con el Procurador. Yo diría que había un riesgo de que la izquierda se quedara por fuera del Parlamento y que no era fácil conjurarlo con ese mecanismo del umbral electoral que es tan excluyente y que ahora lo quieren hacer más excluyente con la idea que tienen de acabar con el voto preferente.

–¿Por qué?

–Porque se presenta como una medida de fortalecimiento de los partidos y anticorrupción, pero es una manera de acabar con la diversidad política. El elector puede votar por personas. Hay formas de hacer que en Colombia entremos en la lógica de los partidos, pero por ahora en una situación como la que hay, una decisión de esa naturaleza hubiera dejado al Polo Democrático por fuera.

–¿Qué viene para el Congreso y cómo será el Congreso que viene?

–Va a ser un congreso muy heterogéneo y con grandes polémicas y luchas intestinas:

La primera va a ser la lucha de la paz o la continuidad del conflicto. En torno a eso se resuelve Una parte del asunto. Va a haber un fuerte antagonismo entre los sectores transparentes que quieren una transformación anticorrupción y sectores de la vieja política, en la cual incluyo al Centro Democrático.

Es posible que se repita el enfrentamiento con la parapolítica, en otras condiciones y otro escenario distinto, pero eso continúa.

Va a seguir el proceso de discusión de reforma a la justicia, agraria, salud, pensiones, tratados de libre comercio. Y ahí no veremos propiamente un enfrentamiento entre la ultraderecha y el oficialismo. Entre el uribismo y el santismo.

Está el asunto de la constituyente si esto no puede resolverse.

–Está de acuerdo con la constituyente? 

Es necesaria. El episodio de Petro lo demuestra. Lo demuestra la imposibilidad institucional de hacer algunas reformas. Es necesario hacer un pacto nacional con condiciones de avanzada.

–Eso es lo que propone el uribismo.

–La constituyente no debe ser para revivir la del 86 sino para avanzar en la del 91.

–¿Va a apoyar la reelección?

–No, ninguna reelección. En este contexto tenemos unas candidatas que son muy buenas. 

–¿Pero para la segunda vuelta?

–De pronto ganan en la primera. Nosotros queremos la paz de este país. Eso es lo que queremos. Esa es la obsesión esencial.

–Ahora Enrique Peñalosa también dijo que continuaría con el proceso de paz...

Creo que hay que cuidarse de cualquier tipo de candidatura de Uribe que sea una caricatura o candidatura engañosa. Sería muy bueno que todo el uribismo se muestre tal cual es. Y no que se presenten a la opinión como candidatos que después representan otra cosa. Esta idea de que el Centro existe es falaz. Aquí hay que definirse en esta discusión.

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