Los colombianos, tan afectos a copiar las cosas intrascendentes de otras culturas, hoy no solo tenemos como propias las corridas de toros, sino también a Santa Claus, el Halloween el San Valentín y hasta el perreo.
De las grandes culturas no tomamos sus cosas buenas, como la disciplina, el orden de la vida diaria, el respeto por las normas. No eso no, eso es para otros porque acá todos somos vivos.
No contentos con eso, ahora somos un país ofensivo e invasor, con un ejército preparado por más de setenta años de guerra interna, donde se han roto todas las normas, donde unos y otros han excedido todo lo que dicen los tratados sobre los derechos de los combates... supongo que por ello es mejor negar el conflicto.
Parece que a la nueva dirigencia se le olvidó que no somos reconocidos en el exterior por ser propiamente unos angelitos y ahora, por la política exterior del actual gobierno, se les ocurrió convertirnos en los nuevos caballeros cruzados, quienes nos abrogamos el derecho de enseñarle al mundo en general y a nuestros vecinos en particular cómo es la democracia pura.
Entonces de la mano del gobierno norteamericano hoy vamos por Venezuela, mañana Nicaragua, Bolivia, pero no se puede terminar la tarea sin libertar a Cuba y hasta a México.
Somos un país rico de recursos, pero con una sociedad decadente y caníbal, un Estado casi fallido con miles de problemas, todos gravísimos, que nadie puede negar y menos tapar.
Además, por cuenta de esa mala costumbre de estar adoptando culturas extrañas, hoy amanecemos con un vecino que por loco o tirano que sea está alistándose para una guerra y nosotros estamos a la ofensiva con un ejército mal armado para un conflicto internacional.
Nuestros muchachos no pueden estar muriendo por problemas internos de un vecino, nuestra economía no está para eso, no podemos pasar de un país que ha dado algunos pasos para lograr la paz interior a ser un invasor que enseñe la democracia con la que no contamos nosotros.
No le hagamos el juego al elevar las encuestas a costa de meternos en semejante problema. El señor presidente puede ejercer su labor sin encuestas porque su futuro es el hoy y el título de expresidente no se lo quitará nadie.
Los padres y abuelitos de Colombia le pedimos no nos meta en esto, así sea que le desobedezca a su asesor espiritual.