La década perdida de La Guajira

La década perdida de La Guajira

La educación, el cambio de modelo económico, la salud y el desarrollo del departamento no admiten un año más de espera. ¡Hay que tomar decisiones ya!

Por: José Armando Olmedo Avila
enero 17, 2020
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La década perdida de La Guajira
Foto: Petruss - CC0

El 31 de diciembre de 2019 no solo pasó un año más de existencia, ese día también pasó otra década que podría ingresar a la lista de los peores decenios de la vida administrativa del departamento de La Guajira.

Durante los últimos 10 años pasaron por el Palacio de la Marina más de 13 personas ostentando el título de gobernador del territorio de Padilla, más de un gobernador por año. Son pocas las entidades territoriales en Colombia que han vivido una situación similar y han salido bien libradas. Por esta razón, no es suerte o un acto del destino, que la mayoría de los índices para medir el buen funcionamiento de la administración pública se encuentren rojo. La falta de continuidad en la gobernabilidad y la ausencia de una política pública clara, ayudaron a catalogar esta como una de las peores décadas del territorio.

Temas tan sensibles como muerte de niños por desnutrición, pobreza monetaria, pobreza monetaria extrema, índice Gini, el desempleo, entre otras variables, terminaron con números en rojos, incluso, con indicadores peores a los registrados en el inicio del siglo XXI, con peores registros que el África subsahariana, el ejemplo de pobreza en el mundo.

Durante la última década, bajo el “visto bueno del Estado”, el departamento de La Guajira y toda Colombia, presenciaron (según cifras oficiales) como más de 4000 niños fueron enterrados. La gran mayoría de ellos fallecieron por enfermedades que la ciencia moderna hace años cura, enfermedades, muchas de ellas sujetas a la desnutrición y al manejo del agua potable, todo un genocidio y se vivió en menos de 10 años. Ya con esta información, es suficiente para catalogar esta como la peor década del departamento de La Guajira.

La pobreza fue otro tema donde la tarea se perdió. Dentro de las mediciones que hace el Dane. El Boletín técnico Pobreza Monetaria para La Guajira indica que la pobreza y la pobreza monetaria extrema, alcanzaron una incidencia de 52,6% y el 26,5%, respectivamente (en este último dato, la información registrada en el año 2004 era de 18,30%, es decir que, el departamento empeoró su efectividad en la lucha frente a la pobreza). En términos reales, de cada 10 personas en el territorio 8 iniciaron la década del 2020 considerados como pobres.

Estos datos comparados el resto del país, donde el promedio de la pobreza y la pobreza extrema llegaron hasta 26,9% y 7,4%, es decir, el departamento está alrededor de 20 puntos porcentuales alejado del a media de la pobreza y la pobreza extrema nacional.

El desempleo, otro gran reto. La Guajira terminó con personal cesante similar a los de inicio de siglo, cuando se tenían cifras superiores al 20%. En cifras reales, Hoy el departamento de la Guajira cuenta con tasas de desempleo superiores al 15% y con una informalidad laboral superior al 55%. En términos reales, hoy, de cada 10 personas 7 se encuentran en situación de desempleo o viven del rebusque del día a día.

La desigualdad que es, quizás, la principal razón de la situación pobreza y desempleo, según el Dane, el índice GINI entre el año 2016 y 2017, el departamento de La Guajira, tuvo un coeficiente de 0,543 y pasó al 0,553, respectivamente, es decir, la desigualdad en el departamento creció 0,01. Cada día que pasa los ciudadanos ricos, son más ricos y los ciudadanos pobres, son más pobres.

No todo lo que pasa en nuestro territorio es culpa de los administradores de turno, ellos no tienen toda la responsabilidad, pero ellos son los que toman las decisiones mas importantes dentro del territorio, a ellos les corresponde hacer una lectura crítica de estos y otros datos que son muy dicientes de nuestro territorio. El departamento no se permite una gota más de improvisación.

Hoy hay un gobernador electo, del cual en el gobierno central se habla bien, el cual por su formación académica y su experiencia laboral da la impresión de conocer muy bien el territorio, tiene bajo sus hombros darle un nuevo aire a la realidad del departamento, a la sociedad y se una ayuda para reconstruir la confianza en La Guajira.

Tiene Nemesio la tarea de planear el territorio, no solo son los cuatro años que le corresponden, debe tener la mirada puesta en activar sectores productivos que hoy funcionan a media máquina, otros que no funcionan o que nunca se han explotado, pero que el territorio y su gente tienen un potencial importante. Él deberá responder cómo será al departamento en 4 años (¿en 8 años?) y esperemos tenga la visión para mas años. Tiene el gran reto de visionar, cuáles serán las fuentes de empleo, con qué dineros van a ejecutar futuros planes de desarrollo, cómo será la salud, la educación, los servicios públicos; ¿serán el agro, la industria, el comercio la fortaleza del territorio?

Hoy lo realmente cierto es que La Guajira no aguanta un año más de improvisación. La educación, el cambio de modelo económico, la salud y el desarrollo del departamento no admiten un año más de espera. Hay que tomar decisiones ya.

 

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