La obra, la vida y la historia de uno de los más grandes jazzistas de todos los tiempos, el maestro Charles Mingus, músico norteamericano que aportó al jazz contemporáneo un cúmulo de importantísimas y trascendentales significaciones musicales y conceptuales, quedaron marcadas para siempre, de manera indeleble, por una experiencia que ha pasado a ser emblemática no solo para la música de Mingus mismo, sino para la historia variopinta y compleja de lo que ha venido a llamarse jazz latino. Y desde luego para la historia del jazz en Colombia.
Mingus fue ante todo un creador comprometido con su realidad, con su mundo y con su época. Una época de tremendos conflictos político-sociales que se expresaban en una sensibilidad, una estética y un pensamiento libertario que encontraba sus canales más expeditos en el jazz.
Fue ante todo un consagrado y revolucionario intérprete del contrabajo; un compositor de ideas adelantadas, particularmente originales; y un luchador tenaz por los derechos de los hombres y mujeres negroamericanos. Y un rebelde sin ataduras posibles.
Esa experiencia de la que digo que marcó a Mingus y al Jazz tiene que ver, nada más y nada menos, que con la Cumbia. Y así es. Yo creo que ya todos conocemos esa pequeña gran historia del encuentro de Mingus con nuestra música del Caribe colombiano, que de alguna forma ha terminado envuelta en una atmósfera cuasimítica que nos habla de un Mingus caminando bajo los solazos inclementes de los pueblos costeños, cubierto por un sombrero de alas anchas, buscando a los gaiteros nuestros por recomendación de Tito Puente y Justo Almario.
Pero parece ser que eso nunca se dio. Que Mingus jamás estuvo por estos lares detrás de los gaiteros de Sucre y de Bolívar. No hay rastro cierto de aquella aventura. Lo de la cumbia es cierto pero fue una idea que Mingus quiso poner al servicio de una banda sonora que le habían encomendado para una película que nunca llegó a realizarse. Otra perla en el collar de los proyectos fracasados de este genio, humano, demasiado humano, que dejó, sin embargo, su nombre inscrito para siempre al lado de los de Ellington, Armstrong y Parker.
Pues bien. En 1976, Mingus, que ya había tenido contactos con la música para cine escribiendo la banda sonora de la película Shadows de John Cassavetes, se enfrentaba ahora a este otro proyecto para el cual tuvo la asesoría del colombiano Justo Almario, que ya había empezado a descollar en el jazz de Nueva York.
En medio de los preparativos de este trabajo, exactamente el 24 de noviembre de 1977, día de Acción de Gracias, Mingus empezó a sentir los estragos de la esclerosis amiotrópica que desgastaría poco a poco su vida creativa y su capacidades vitales para morir el 1º de enero de 1979 en Nueva York. Pero un año antes había logrado culminar el disco que titulado Cumbia & Jazz Fusion se convertiría en un poderoso referente de nuestra música colombiana en los terrenos del jazz.
Por eso ahora, para conmemorar los 40 años del lanzamiento de ese disco, una investigadora y gestora cultural barranquillera de las más recientes generaciones, Daniella Cura, y un periodista bogotano autor de la crónica “Los años cumbieros de Mingus,” investigación que fue punto de partida de este proyecto, especializados ambos en música, han logrado producir e insertar en el marco del Festival Jazz al Parque un homenaje que consiste en la presentación, por primera vez en Colombia, de esta joya mingusiana que nos toca de lleno, para lo cual han reunido a un grupo de músicos del Caribe colombiano encabezados por el baterista Einar Escaf, el pianista Leonardo Donado, Melisa Raquel Baena en el trombón y voz líder, Michell López en el contrabajo, los hermanos Ailan Wong y Leang Manjarres Wong en las gaitas, Joaquín Pérez en la flauta de millo, Edwin Viloria en la trompeta y Julio Frías y Roberto Camargo en las percusiones.
Ellos serán los encargados de integrar un ensamble que, sin pretender ser igual al de la orquesta de Mingus, claro, tendrá a su cargo la ejecución de una versión otra de esta composición con la que le aportarán a la idea original del genial contrabajista los instrumentos y las sonoridades de nuestra cumbia que por naturales limitaciones el compositor y arreglista no podían imprimir en sus arreglos en aquel momento.
A ellos se unirá, como logro inmejorable de esta gestión, el saxofonista sincelejano Justo Almario, quien reeditará cruciales episodios musicales de esta experiencia musical suya con Mingus para darle así al ensamble de esta nueva Cumbia & Jazz Fusion una rúbrica doblemente histórica.
La presentación de Cumbia & Jazz Fusion tendrá lugar el domingo 23 de septiembre en el segundo día del Festival Jazz Al Parque.