Ante la ineficiencia de todas las medidas educativas adoptadas por la alcaldesa bogotana, urge pedirle al profesor Anthanas Mockus o a alguno de Corpovisionarios que le ofrezca –así sea gratuito- un cursillo sobre cultura ciudadana, donde le expliquen qué es eso de “ley, moral y cultura” o cómo opera lo de la “sanción social”, temas básicos de una ciudadanía educada y comprometida.
Porque si la pandemia vino para quedarse un buen rato, no será a punta de megáfono y chilinguiada en un camión como logrará que los 8 millones de residentes en la capital le hagan caso.
La ciudad ya ensayó, y con buen éxito en décadas anteriores, la cultura ciudadana del profesor Mockus que logró el milagro y el cambio cultural en sus habitantes. Pero todo se olvida sino se repite constantemente.
Es urgente una estrategia donde participen los mimos, teatreros y artistas de la ciudad como facilitadores, donde las juntas de acción comunal se sientan activas y que sea una acción conjunta con medios, autoridades locales, líderes y residentes.
No es posible convivir con una pandemia recibiendo gritos y regaños de una alcaldesa, en lugar de una educación del autocuidado que incluya la participación y la diversión de todos. Que esas pequeñas normas se conviertan en parte de nuestras diarias rutinas, como respirar o comer.
Mantener a los ciudadanos “cuidados” o sea encerrados y en cuarentena “porque se portan mal” es parte de un peligroso neofascismo de izquierda que viola los Derechos Fundamentales y que pretende hacernos dependientes del estado para todo (subsidios, mínimo vital, mercados, etc.) a cambio de nuestra libertad y dignidad para vivir la propia vida. Todo en nombre de “los estamos cuidando”.
No. Que gracias. Preferimos la cultura ciudadana para interiorizar el autocuidado, para ser dueños de nuestras vidas y volver a trabajar, a reunirnos, a ejercitarnos y a divertirnos de manera responsable.
¿Será que el secretario de cultura distrital lo sabe? Sino que vaya también al curso.