La crisis de Venezuela, el PND y los inmigrantes venezolanos
Opinión

La crisis de Venezuela, el PND y los inmigrantes venezolanos

Si se agudiza la intervención gringa y se aprueba el PND con su precaria contratación laboral, los inmigrantes venezolanos y los trabajadores colombianos, saldríamos de guatemala para guatepeor

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febrero 26, 2019
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Estados Unidos es la nación más poderosa del mundo. A ello han contribuido las reiteradas inmigraciones de oleadas de pueblos y comunidades europeas, que además de encontrar una oportunidad para el trabajo y el emprendimiento, lo han hecho sin tener que haber padecido una gran guerra en su territorio en medio de estas migraciones.

Las inmigraciones en EE. UU. de latinos contribuyen a la riqueza de esa nación y se ha convertido en una muy buena estrategia de ocupación de mano de obra barata cuya competitividad y productividad se multiplica en la medida de su ilegalidad. Las expresiones antiinmigrantes del presidente Donald Trump responden más a reyertas políticas y expresiones xenofóbicas para sacar provecho electoral que a una verdadera inconveniencia de su presencia para los lucrativos fines de ganancia de quienes los emplean.

En Colombia, según las autoridades de migración, hay 1,2 millones de inmigrantes venezolanos, mayoritariamente pobres. Han ocupado en muchas de nuestras ciudades, parques y zonas públicas, solicitando empleo o regateando ayudas en semáforos y transporte público.

Los empresarios colombianos en el sector del comercio y los servicios vienen empleando a nuestros hermanos venezolanos desplazando a los colombianos y en un acto "muy típico de su solidaridad", los han vinculado pagándoles mucho menos, volviéndose muy competitivos y muy productivos. Ahí vemos oleadas de trabajadores venezolanos en restaurantes, hoteles, almacenes y de rappitenderos, dispuestos a hacer su trabajo en condiciones más precarias que nuestros connacionales, sin que la también "solidaria" autoridad nacional del Ministerio de Trabajo haga nada contra este abuso.

A sabiendas de esta vulnerabilidad para los ciudadanos hermanos de Venezuela y Colombia, dos asuntos podrían degradar aún más su situación. Cada una por su lado o en el peor de los casos en forma simultánea.

Un agravamiento de la situación en Venezuela por los consabidos efectos de la intervención militar gringa, que si bien no ha sido acompañada por el Grupo de Lima reunido ayer en Bogotá, en su infinita soberbia de gendarme universal, los EE. UU. podrían acudir a ella, dado los jugosos negocios del petróleo que están en juego, con un  correspondiente derramamiento de sangre de incalculables resultados, pero con absoluta seguridad llevaría al desplazamiento de varios millones de inmigrantes venezolanos y la extensión de la guerra a nuestro territorio.

Con ello no habría como incluir en nuestro ya estrecho y precario mercado laboral este desbordado contingente de trabajadores hermanos.

Una situación similar fue vivida por Italia, que a pesar de tener hoy un gobierno de derecha, se ha opuesto a una intervención militar en Venezuela, dado que cuando fue bombardeada Libia por las fuerzas de la Otán para destituir y eliminar al presidente Muamar el Gadafi, millones de pobladores libios fueron a inmigrar, ocasionando una oleada migratoria hacia su país con la ya conocida situación de desempleo y precariedad laboral que se vivió.

 

 

La contratación laboral que trae el PND- de Duque,
consistente en poder realizar contratos por jornal o por horas,
haría que los trabajadores ganaran "legalmente" menos del salario mínimo



Y la otra situación es la que se deriva de la sustancial modificación a la contratación laboral que trae el Plan Nacional de Desarrollo -PND- del gobierno de Iván Duque, consistente en poder realizar contratos por jornal o por horas, con lo cual trabajadores dependientes o independientes, podrían "legalmente" ya ganar menos del salario mínimo, exonerando a los empleadores del pago de la seguridad social-salud, pensiones y riesgos laborales, así como el subsidio familiar, las cesantías, primas, vacaciones y el trabajo suplementario, que significaría un ahorro para ellos del 52 % en la contratación de la mano de obra. Así formalizarían con pagos salariales de la informalidad los actuales trabajadores informales  que podría aún ser más atractiva vinculando inmigrantes venezolanos.

De esta manera, o por la vía de la profundización de la intervención gringa o de la aprobación del PND, o de la perversa sinergia de ambas, el desempleo abierto, los menores salarios por "la ayuda solidaria" en la contratación de inmigrantes venezolanos por el empresariado colombiano y la precaria contratación laboral por jornales por hora, ahondaría en una tasa del desempleo cuyo impacto, el Dr. Diego Oviedo director del Dane aún no ha medido con los que han llegado y en una informalidad más allá del 75 % que es la cifra que en estos días viene mostrando la ministra de Trabajo la Dra. Alicia Arango para justificar estás medidas regresivas laborales en el PND.

En una o en otra, trabajadores colombianos y venezolanos, saldríamos de guatemala para guatepeor.

Un no rotundo a la guerra y al PND, con fuertes movilizaciones en las redes y en las calles, para desarticular tan regresivos proyectos.

Twitter: @fabioariascut

 

 

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