Si bien es cierto que se planteó como el fin de la guerra ideológica de la Guerra Fría el año de 1991, el fantasma del comunismo sigue atacando a todas las sociedades capitalistas con el terror del autoritarismo que este representaba.
Es así que aparece la evolución del capitalismo, el “neoliberalismo”, como el cazafantasmas salvador. Y con el fin de defender a la población vulnerable y “de bien”, el cazador se ha ido volviendo más extremo y se adueña del autoritarismo para que el fantasma al que persigue no ocupe este puesto.
A su vez, el comunismo se va uniendo a la evolución de su perseguidor y se pinta más abierto a la venta de la gente, buscando así ocupar el antiguo puesto de su cazador. De este modo se da inicio al juego de las sillas, pero con el poder, y poniendo como premio la vida y libertad de las personas.
Veintiocho años después del supuesto fin de esa guerra en todo el mundo, se vivió la crisis de un sistema económico que cada vez está más encerrado en sí mismo, alejado de la realidad de aquellos a quienes gobierna y sus necesidades, y el cual ve un mundo, lleno de diversidad, solamente en blanco y negro, y en aliados o enemigos.
Aunque muchas protestas se frenaron por la grave situación de salud, el descontento de los pueblos no se acabó allí, dejando ver que esto no es más que la respuesta de una población que vive en un siglo que no corresponde al de quienes lo gobiernan.