La crisis institucional por la que atraviesa Cali es una de las más profundas de su historia. Según la más reciente encuesta de Invamer solo el 21 % aprueba la gestión del alcalde Jorge Iván Ospina y 8 de cada 10 caleños creen que las cosas están empeorando. Los constantes escándalos de corrupción, el deterioro de la malla vial, la inseguridad y el desgobierno, han puesto en jaque la carrera política de Ospina, quien durante gran parte de su mandato ha dedicado principalmente sus esfuerzos en atacar a sus críticos que en resolver los problemas de la ciudad.
Para esto se ha diseñado un plan de comunicaciones desde la alcaldía municipal que incluye producción audiovisual, manejo de redes sociales, creación de contenido y fotografía. Este trabajo ha sido liderado por un ejército de más de 250 personas que se encargan de ejecutar esta estrategia al pie de la letra.
El alcalde Jorge Iván Ospina se encuentra en el peor momento de su gobierno y aunque en el 2021 comenzó a hablar de austeridad, los gastos en comunicaciones no tienen ninguna justificación distinta a la de lidiar con su propia impopularidad.
El 75 % del total de la contratación se encuentra concentrada en la Secretaría de Gobierno
Desde el 11 de febrero de 2021 al 12 de septiembre de 2022 la Alcaldía de Cali ha gastado $14.363.189.469 de pesos en 413 contratos para ejecutar el plan de comunicaciones. De estos, 411 contratos han sido firmados por contratación directa y tan solo 2 contratos por selección abreviada. 384 contratos han sido entregados a personas naturales y 29 a personas jurídicas. Y lo más llamativo es que el 75 % del total de la contratación se encuentra concentrada en la Secretaría de Gobierno, que es la entidad que también contrató los influenciadores y cuyas explicaciones fueron realmente vergonzosas.
También desde esta misma entidad se suscribió, en el mismo periodo de tiempo, otros 66 contratos por $1.059.318.645 de pesos con el objetivo de divulgar información y “fortalecer la imagen de la ciudad”. En total se han gastado $15.422.508.124 de pesos en 19 meses en todos estos temas.
Lo más indignante, es que hace un par de semanas se denunció que el personal de aseo de las instituciones educativas oficiales de Cali estaba en paro por falta de pago. Esto pasaba mientras el alcalde destinaba recursos para financiar su costosa y cuestionable estrategia comunicativa.
El alcalde de Cali -pero en general todos los gobernantes- debería saber que son las acciones, el cumplimiento de las promesas, la lucha contra la corrupción, la gerencia y la transparencia las verdaderas herramientas para construir una buena imagen. El derroche de recursos públicos en el pago de campañas propagandistas solo genera el efecto contrario.
La crisis institucional por la que atraviesa Cali es una de las más profundas de su historia. Según la más reciente encuesta de Invamer solo el 21 % aprueba la gestión del alcalde Jorge Iván Ospina y 8 de cada 10 caleños creen que las cosas están empeorando. Los constantes escándalos de corrupción, el deterioro de la malla vial, la inseguridad y el desgobierno, han puesto en jaque la carrera política de Ospina, quien durante gran parte de su mandato ha dedicado principalmente sus esfuerzos en atacar a sus críticos que en resolver los problemas de la ciudad.
Para esto se ha diseñado un plan de comunicaciones desde la alcaldía municipal que incluye producción audiovisual, manejo de redes sociales, creación de contenido y fotografía. Este trabajo ha sido liderado por un ejército de más de 250 personas que se encargan de ejecutar esta estrategia al pie de la letra.
El alcalde Jorge Iván Ospina se encuentra en el peor momento de su gobierno y aunque en el 2021 comenzó a hablar de austeridad, los gastos en comunicaciones no tienen ninguna justificación distinta a la de lidiar con su propia impopularidad.
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El 75 % del total de la contratación se encuentra concentrada en la Secretaría de Gobierno
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Desde el 11 de febrero de 2021 al 12 de septiembre de 2022 la Alcaldía de Cali ha gastado $14.363.189.469 de pesos en 413 contratos para ejecutar el plan de comunicaciones. De estos, 411 contratos han sido firmados por contratación directa y tan solo 2 contratos por selección abreviada. 384 contratos han sido entregados a personas naturales y 29 a personas jurídicas. Y lo más llamativo es que el 75 % del total de la contratación se encuentra concentrada en la Secretaría de Gobierno, que es la entidad que también contrató los influenciadores y cuyas explicaciones fueron realmente vergonzosas.
También desde esta misma entidad se suscribió, en el mismo periodo de tiempo, otros 66 contratos por $1.059.318.645 de pesos con el objetivo de divulgar información y “fortalecer la imagen de la ciudad”. En total se han gastado $15.422.508.124 de pesos en 19 meses en todos estos temas.
Lo más indignante, es que hace un par de semanas se denunció que el personal de aseo de las instituciones educativas oficiales de Cali estaba en paro por falta de pago. Esto pasaba mientras el alcalde destinaba recursos para financiar su costosa y cuestionable estrategia comunicativa.
El alcalde de Cali -pero en general todos los gobernantes- debería saber que son las acciones, el cumplimiento de las promesas, la lucha contra la corrupción, la gerencia y la transparencia las verdaderas herramientas para construir una buena imagen. El derroche de recursos públicos en el pago de campañas propagandistas solo genera el efecto contrario.