Quizá a lo largo de su carrera el senador Arturo Char Chaljub, miembro de una de las castas políticas más Importantes de la costa atlántica, no había recibido una incriminación tan dura como la que le hace la Corte Suprema de Justicia, al referirse a él como parte de una “estructura criminal” montada para corromper votantes durante las elecciones parlamentarias de 2017.
El magistrado Francisco Javier Farfán Molina, conductor de la investigación, se mostrado particularmente estricto con los términos y acaba de rechazar una solicitud presentada por la defensa del Char para que la diligencia de indagatoria citadas para los próximos 24 y 25 de enero sea aplazada mientras se practican nuevas pruebas.
El origen de sus problemas se remonta a los tiempos en los que Aida Merlano fue capturada, ya que en la sede de su campaña y en las operaciones previas realizadas por la policía Judicial fueron halladas evidencias de que ella y Char, pese a pertenecer a corrientes políticas distintas, hacían parte del mismo circulo que montó un engranaje para eludir los topes de gastos electorales y comprar sus elecciones al Congreso.
Merlano, candidato por el Partido Conservador, contaba con el respaldo económico de su novio en aquel entonces, Julio Gerleín, mientras que Char, de Cambio Radical, contaba con el del respaldo de su hermano Álex. Pero ambos hicieron causa común en materia financiera y compartieron los recursos que llegaban a una especie de caja secreta, según la Corte.
En el sumario figuran los nombres de otros protagonistas de la historia. Uno de ellos es el de Lilibeth Llinás Delgado, la fórmula inscrita por Char para la Cámara durante las elecciones parlamentarias para el período 2018-2022. Otro; el del empresario y contratista Faisal Cure Orfale, socio de un nieto de Julio Gerlein, y mencionado como éste como uno de los grandes financistas de la campaña.
Al calificar el mérito de los cargos la Corte hizo una Particular y contundente lectura en cuanto a la intención política que amparaba el delito de corrupción al sufragante: la vertiente política de los Char tenía en propósito de fortalecer el poder de Cambio Radical y desde la propia campaña electoral veía a Aida Merlano como una Potencial aliadas para la constitución de alianzas con el Partido Conservador.
Fue esa intención la que llevó a la Corte a atribuirle a Arturo Char la presunta comisión del delito de concierto para delinquir agravado, pues consideró que se dedicó a tejer los hilos del entramado criminal que supuso también la compra masiva de votos que empañó la transparencia de los comicios.
Como Char es procesado a la luz del sistema penal anterior al acusatorio, la indagatoria podría dar lugar a su captura inmediata. Por eso, según personas cercanas al congresista, él estaría buscando aplazamientos para ampliar su margen de maniobra y tratar de ponerse a salvo de eventuales medidas en su contra.
En el auto mediante el cual el magistrado Farfán Molina, según lo muestra el proceso radicado bajo el número 00030, se encuentra que la solicitud de aplazamiento fue presentada el 16 de enero y resuelta desfavorablemente en menos de 24 horas.
Char pedía que antes de la indagatoria la Corte recibiera las declaraciones juramentadas de los exdiputados Gersel Pérez, Estefano González y Lilia Manga, todos ellos cercanos políticamente a él. También pidió que fuera escuchado Juan David Zuluaga, que en los tiempos de la campaña trabajaba como jefe de seguridad del exalcalde Alejandro Char Chaljub.
La defensa del senador adujo que esas diligencias eran imprescindibles porque en el lapso transcurrido entre la versión libre y el llamamiento a indagatoria se habrían practicado muy pocas pruebas.
El magistrado respondió que las pruebas requeridas podrán ser practicadas a lo largo de la instrucción que “apenas comienza”.
Con los procesos simultáneos a Julio Gerlein y Char el destape podrá tener unos alcances todavía insospechados.
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