El rector de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Ricardo García Duarte, se refirió a la corrupción como un régimen parasitario perverso, que se ha enquistado en la sociedad a fin de obtener ganancias sin esfuerzo, lo que según el directivo ha dado lugar a la expropiación del erario a través de la privatización perversa e ilegal de lo público. La afirmación la realiza el académico a propósito de la Consulta Anticorrupción que se realizará en Colombia el próximo domingo 26 de agosto.
Es así como el rector de la universidad pública de Bogotá llamó la atención sobre la forma de obtener ganancias que provienen de la producción nacional, expoliando la renta social, al explicar que estos mecanismos múltiples y permanentes con los que se despoja al erario de manera ilícita provienen de la subcultura del clientelismo, “de intercambiar favores utilizando los recursos del Estado para construir lo público, que en realidad significa desnaturalizarlo; se manifiesta en las triangulaciones que se hacen empleando el soborno en la contratación pública y la usurpación cruda de los caudales estatales”, agregó.
Advirtió que en la actualidad la corrupción adquiere tamaños endémicos, que según analistas se calcula en aproximadamente $ 9 billones al año los montos usurpados, lo que para el rector García Duarte significa un “saqueo enorme, un despilfarro de la renta social y desviación de lo que debería ser su finalidad, ósea, el aumento de la producción, del gasto público y la redistribución del ingreso”, aseguró. Del mismo modo, en sus palabras señaló que la corrupción constituye “una asfixia a la economía y una perversión que desnaturaliza el Estado y destruye la democracia”.
En tal sentido, propone que la nación se comprometa, en términos de una conciencia colectiva, que castigue moralmente la corrupción, y con la permanente vigilancia que acompañe las sanciones penales y garantice la independencia en el control social y fiscal.
Finalmente, lamentó que estos mecanismos ilícitos estén afectando la cultura democrática del país y desnaturalizando los principios éticos de la sociedad. Dijo además que en los términos de la virtud republicana “esta situación daña las costumbres de la sociedad, el Estado y la existencia de todos como ciudadanos que deben ser ejemplares”, puntualizó el rector.