Reza el bíblico mensaje que si la sal se corrompe, será la perdición de un pueblo. En consecuencia, nuestras poblaciones cada día avanzan más hacia la miseria por las vulgaridades de algunos administradores y controladores de lo público que se amangualan para apropiarse descaradamente del dinero de todos los caucanos para su enriquecimiento rápido, inmerecido y escandaloso, como ramplones mafiosos.
Son personajes locales reconocidos que se pavonean en las calles, que permanecen sin castigo bajo la ola de impunidad, que ha hecho de Colombia uno de los territorios más corruptos del mundo, a los que uno mira estupefacto, avergonzado de su tierra, mientras ellos aparecen orgullosos, satisfechos, sonrientes, felices.
Lo peor es que otro de los focos de corrupción anida, se robustece y se estimula, precisamente en una de las entidades que debieran combatirla y aniquilarla. El ejemplo patético lo documentó Blanca Inés Chávez Jiménez, quien se desempeñó como contralora provincial en la Gerencia del Cauca. La extravagancia es que fue destituida presuntamente por exigir el estricto cumplimiento de la normatividad legal. En una comunicación dirigida al Auditor General de la Republica, Carlos Felipe Córdoba, la abogada denuncia, indignada por el nivel de corrupción en ésa entidad, donde el negocio más rentable allí es no investigar y archivar quejas, acciones que son suficientemente agradecidas por la delincuencia oficial.
La doctora Chávez Jiménez también documentó a la Procuraduría y a la Fiscalía de las prácticas deshonestas e indecorosas que se adelantan en la Gerencia Cauca, cohonestadas por el presidente de la Colegiatura y gerente de la entidad, Herney Leonardo Lucena, la presidenta del Sindicato Cauca de ése organismo (Ascontrol), Liliana Ramírez y por la secretaria de la Colegiatura Luz Amparo Terán. En las denuncias se relaciona gran cantidad de anormalidades al interior de la gerencia y el deficiente impulso al ejercicio del control fiscal.
Transitamos por momentos cruciales para el porvenir de la colectividad civil, pues mientras en Bogotá, en La Habana, y por todo el Mundo se alimentan esperanzas de un futuro más tranquilo, libre de conflicto armado, por lo menos con las Farc, que tanta tragedia han causado, las condiciones sociales siguen de mal en peor porque, como ya se ha demostrado, el problema de la corrupción es mucho más grave que la acción de los violentos, causa igual o más muertes y no permite la sana convivencia, ni la equidad, ni el progreso de los pueblos.
Por eso, los ciudadanos comunes y callejeros, la opinión pública, nunca son unos convidados de piedra, precisamente por ser las víctimas del accionar delictivo de los funcionarios públicos involucrados en actos de corrupción. Es más, en las investigaciones que se adelantan sobre la repugnante gerencia de Indeportes Cauca entre el 2012 y el 2015, los ciudadanos caucanos deben rodear y apoyar abiertamente a la Fiscalía General de la Nación y a sus investigadores, que serán hostigados para entorpecer su labor e intimidarlos para que no lleguen las últimas consecuencias, y exigir a jueces y organismos como Procuraduría, la Contraloría, la Auditoría, que por fin cierren esa página infame con ejemplares sanciones que ayuden a superar la diabólica maquinación de los corruptos y a recuperar la majestad de la Justicia, también hoy bastante maltrecha por su lentitud en la toma de decisiones y en la larga impunidad que la deslustra.
Ante lo que está pasando, los ciudadanos víctimas, repito, que somos todos, no podemos continuar con los ojos cerrados, ni con oídos sordos, porque la situación afecta directamente a cada uno de los que vivimos, poco disfrutamos y mayormente, padecemos este departamento del Cauca. Sufrimos de bipolaridad sistémica, no coordinamos lo que predicamos con lo que practicamos, y entonces es facilísimo para muchos, consentir la archiconocida estrategia de defensa que asumen los delincuentes y corruptos: crear cortinas de humo para evitar ser descubiertos, acusar a quienes les abren las investigaciones, amenazar o atentar contra los periodistas que cumplen su deber de informar y orientar con sus investigaciones a la opinión pública, y especialmente, posar de perseguidos políticos, táctica que a veces cala en ciertos sectores interesados en elecciones pues al involucrar como favorecedores de sus crímenes a otros personajes de importancia administrativa o política crean connotaciones diferentes al delito que comenten logrando desviar del meollo del asunto al ente investigador, al sancionador, y a la misma opinión pública que no tiene acceso a la información precisa, y que cree con simplicidad y sin análisis de fondo que la corrupción es apenas coyuntural o que se presenta apenas en las famosas “justas proporciones” turbayistas o que es solo un oportunismo electoral, lo que no es cierto pues, por ejemplo, en Indeportes Cauca se practicó por más de cuatro años, desde la posesión de la gerente Ana Bolena García Ricardo en enero del año 2012 hasta su tardío retiro en este año, mientras que la disculpa esgrimida de un supuesto apoyo con dineros públicos a una causa política en el mes de octubre no ocurrió y no debería tenerse en cuenta pues el período electoral fue apenas a partir del segundo semestre del año anterior.
Volvamos a la Contraloría General de la República, Gerencia Cauca, para terminar luego este primer editorial, de una serie que se está preparando, con algunos datos escabrosos sobre Indeportes Cauca 2012-2015.
Allá, en Popayán, según la abogada Chávez Jiménez, las autoridades de la Contraloría General de la República, Gerencia Cauca, comenzando por su gerente, Herney Leonardo Lucena, adelantaban actividades como el represamiento de antecedentes para no iniciar procesos de responsabilidad fiscal, así como la pérdida de expedientes y archivo de denuncias sin adelantamiento del proceso investigativo correspondiente, acciones que conllevan a la falta de resultados y a la pérdida de credibilidad por parte de la ciudadanía, cohonestando con la corrupción. “Este era el procedimiento que adelantaban frente a las denuncias ciudadanas”, sostuvo Chávez, quien adelante informa que “todas estas situaciones fueron comunicadas a la vicecontralora el 28 de abril de 2016, solicitándole una audiencia para pormenorizar todo lo que pasaba en la gerencia, en donde imperaba el desorden y la falta de gobernabilidad, además del incumplimiento de los horarios de los funcionarios a tal forma que no iban a trabajar, se le hizo un pequeño resumen de lo más importante, la omisión en el reparto de los hallazgos al igual que las denuncias y la cogobernabilidad con el sindicato para buscar privilegios a unos pocos funcionarios, situación que desencadenó en una misiva del sindicato al Contralor General el 29 de abril de 2016 solicitando mi retiro argumentándolo en situaciones vagas y el 13 de mayo fui declarada insubsistente”.
En Indeportes Cauca, ni se diga. En enero de 2012 se apoderó de toda la entidad descentralizada con autonomía administrativa el clan familiar Pito García, como si fuera un negocio privado, para direccionar los recursos públicos a sus bolsillos a partir de sobrecostos, facturación y documentos públicos falsos, con los que se fueron configurando presuntos peculados, enriquecimiento ilícito, concierto para delinquir agravado y obviamente, falsedad en documentos, en un acuerdo criminal que dio para despilfarro en viajes y gastos personales y familiares, propiedades y vehículos adquiridos a través de testaferros y contratistas.
Ana Bolena, quien abrumada por las denuncias, había renunciado al cargo de gerente el día 7 de marzo del presente año, fue detenida el primero de junio por disposición de la Fiscalía General de la Nación, junto con su asesora jurídica Estefanía Sánchez, la contratista Claudia Trujillo, y Manuel Velásquez, funcionario de la entidad.
Los hechos materia de esta investigación inicial están relacionados con la firma del convenio 086 del 24 de junio de 2015, entre Indeportes Cauca y la Fundación Redes, por valor de $931 millones, lo que produjo un detrimento de 458 millones de pesos, dinero que había sido destinado para la celebración de los Juegos Intercolegiados Supérate 2015. La punta del iceberg, porque las cosas repugnantes vienen desde el principio. Hay evidencias de otros contratos que ascienden a más de 4.000 millones de pesos que tomaron el mismo camino, y para ello se prestaron fundaciones a las que les pagaban hasta un 10% del valor de los convenios para facilitar el flujo y retorno del dinero con visos de presumida legalidad.
En estos negociados están involucradas las fundaciones MultiMarket, Integración del Norte, País Futuro, Fundación de Profesionales para el desarrollo social del Cauca, Fundar y adicionalmente la Fundación Redes, que ya está siendo investigada por el citado convenio 086.
De acuerdo con las investigaciones adelantadas por Proclama del Cauca, en los últimos 4 años Indeportes Cauca le dio para todo a la familia Pito García, por ser los dueños de la Liga de Actividades Subacuáticas por donde también desviaban recursos, igual que a través del Club Campestre de Popayán, que atendía a los hijos de la pareja que gerenciaba Indeportes con entrenador y caddie propios. Indeportes también les pagaba niñera y ama de casa o empleada doméstica, además de que tenían cinco asesores jurídicos y otras ocho personas que en la parte financiera no hacían nada tampoco. También sostenía Indeportes a un empleado privado de la señora madre de la gerente de la entidad, entre otra serie de detalles administrativos que se realizaban para desfalcar la entidad.
En próximas entregas se detallarán otras actuaciones administrativas y una serie de contratos, entre ellos los referentes a la empresa del clan Pito García como es la red de medios de comunicación Notivisión, con Cable Cauca y explicaremos cómo funcionaba la red sentimental, de funcionarios, contratistas y de testaferros todos unidos en una sola causa. De la misma manera se ampliarán los detalles de las investigaciones realizadas sobre el funcionamiento de la Contraloría General de la República, Gerencia Cauca.
* El artículo fue publicado originalmente el 7 de julio en el portal Proclama del Cauca, en alianza con Las2Orillas