La divergencia y la biodiversidad están aparejadas desde siempre: el divergir porque nace del disenso (creador del conocimiento) y conlleva a diversidad de opiniones o pareceres; la diversidad biológica por que refiere la variedad de la vida abarcando multiplicidad de especies de plantas, animales, hongos y microorganismos con su variabilidad genética, con sus procesos ecológicos y evolutivos conformando ecosistemas en donde habita el sapiens con sus ideas.
Por supuesto que el antropoceno como época geológica marcada por la humanidad, carga sobre sus hombros una inmensa responsabilidad en la aceleración del cambio climático, aunque nos seguimos creyendo el centro del universo, mientras hemos quedado boquiabiertos observando con cámaras ocultas al Orangután del Parque Gunung Leuser (Indonesia), curarse una herida en su cara aplicándose hojas Akar Kuning previamente procesadas con su masticación.
Por lo pronto comprendemos las simbologías de lenguajes mediante los cuales sujetos y sociedades hemos manipulado y tergiversado pensamientos y sentimientos, no tenemos certeza sobre muchos de los comportamientos del resto del reino animal y del vegetal también, pensando que solo sufre o se estimula a la fauna y no a la flora, mientras tanto tenemos la posibilidad de pensar libremente por fuera de catecismos ideológicos que alienan tristes corazones pobres.
En ese camino de ideas que controvierten sin febriles resquemores, nos atrevemos a cuestionar a través de la divergencia modelos y entronques de dominación, mientras convocamos liderazgos e irreverencias para construir otro mundo posible en el respeto por las diferencias, con la convicción de ideas forjadas en el seno de comunidades populares, luchando contra el Establishment, sin dejar de fijar posturas y evitando la venenosa neutralidad, haciendo sendero al andar.
Sin llevarnos de tajo la fraternidad ni abrigar en nuestro seno la ingratitud, hacemos nuestro franco y mejor esfuerzo en la construcción de una agenda mancomunada, para concitar distintas expresiones signadas por el activismo ambientalista, por encima del accionar del proselitismo político que se lleva como carta escondida bajo la manga, porque consideramos que es necesario sobreponer los egos académicos para recoger el sentipensamiento de la cartografía social.
Esto es precisamente lo que haremos en nuestra COP DiverGente, los venideros sábado 26 y domingo 27 de octubre en las estribaciones de la Montaña Mágica de Siloé, buscando consensuar una Agenda Ambientalista Alternativa divergente a la mercantilización transnacional de la biodiversidad que se agencia en los excluyentes clubes de la COP16 donde se promueve el capitalismo salvaje y se concentra la riqueza, arrasando y extinguiendo pueblos y biomas.
Seguiremos avante con la melodía y la letra del tango El Choclo (1947) que compusieron Discépolo, Marambio y Villoldo: “Con este tango que es burlón y compadrito / se ató dos alas la ambición de mi suburbio; / con este tango nació el tango, y como un grito / salió del sórdido barrial buscando el cielo; / conjuro extraño de un amor hecho cadencia / que abrió caminos sin más ley que la esperanza, / mezcla de rabia, de dolor, de fe, de ausencia / llorando en la inocencia de un ritmo juguetón”.