SanLa disputa marítima entre Colombia y Nicaragua en el Mar Caribe es un conflicto que lleva más de 35 años, iniciado cuando a pesar de haber firmado el tratado Esguerra- Bárcenas en 1928, el 4 de febrero de 1980 la junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional decide desconocer dicho tratado mediante una declaratoria de nulidad ante el cuerpo diplomático acreditado en Managua, alegando que el tratado era nulo sobre la base de que este se firmó en una época en la cual Nicaragua era ocupada por Estados Unidos.
Además, sostuvo que la interpretación que le dio Colombia definiendo el meridiano 82 como frontera marítima no tiene validez pues este tratado no fijaba límites y conforme al derecho internacional moderno (derecho del mar), que dicta que a cada nación costera o país archipiélago puede ejercer su soberanía sobre el mar territorial hasta 12 millas náuticas y la competencia sobre los recursos en la zona económica exclusiva que llega hasta las 200 millas náuticas, reclamó sus derechos de exclusividad marítima frente a Colombia.
En el año 2012 se dio el fallo de la corte de la Haya sobre el litigio entre Colombia y Nicaragua, sentencia dictada por la Corte Internacional de Justicia el 19 de noviembre de dicho año, la cual confirmó la soberanía de Colombia sobre las islas de Albuquerque, Bajo Nuevo, Sureste, Quitasueño, Roncador, Serrana y Serranilla y declaró admisible la petición de Nicaragua en orden a que la Corte decidiera la forma apropiada de delimitación marítima, rigiéndose bajo el marco geográfico y jurídico constituido por las costas continentales de Nicaragua y Colombia, dividiendo por partes iguales los derechos superpuestos a la plataforma continental de ambas partes; de esa forma, el fallo estableció una línea de frontera marítima única entre ambos países, que delimita la plataforma continental y las zonas económicas exclusivas, según líneas geodésicas que unen los puntos con coordenadas, indicadas detalladamente y, además, determinó una frontera marítima única alrededor de las islas de Quitasueño y de Serrana.
Sin embargo, la oposición del gobierno de Colombia a cumplir con este fallo y las consecuencias que esto ha desatado ha generado efectos nocivos frente a la organización piramidal con relación a la obligatoriedad de la costumbre marítima, cimentada en el propio Derecho Internacional Humanitario, por lo que, de seguir estas problemáticas podrían avecinarse guerras por el apoderamiento insular lo que generaría un inevitable retroceso en no sólo en las relaciones binacionales si no que se transgreden las estructuras organizacionales claramente constituidas y legitimadas para Colombia y Nicaragua. En mi opinión, pensaría que a pesar que la historia dicta que este territorio marítimo debería pertenecer a Colombia, y en términos geográficos Colombia perdió soberanía sobre San Andrés, Providencia y Santa Catalina resultado del fallo de la Haya del año 2012, el país debería acatar la orden dada y velar por resguardar las relaciones diplomáticas entre ambos países, evitando así una posible confrontación que llegase más allá de los términos pacíficos y que sólo afectaría a ambos países, en especial, a los raizales de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Bibliografía:
https://repository.unimilitar.edu.co/bitstream/10654/14116/1/MONROYDIAZCESARANDRES2016.pdf
https://www.infobae.com/2012/11/19/1061694-colombia-nicaragua-un-conflicto-que-lleva-30-anos/
http://ciarglobal.com/conflicto-maritimo-nicaragua-colombia-contramemoria-colombiana-ante-la-cij/
https://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_Esguerra-B%C3%A1rcenas
https://es.wikipedia.org/wiki/Derecho_del_mar
https://www.dipublico.org/cij/doc/195.pdf
