El nuevo director de Parque Nacionales Naturales es Orlando Molano, quien llega en reemplazo de Julia Miranda, que tras de 16 años de intensa labor se retira de la institución; un retiro que debía ser necesario, pues siempre es bueno una oxigenación. Sin embargo, el nombramiento de este señor ha generado desconfianza entre los ambientalistas, pues es arquitecto y tiene una maestría en Dirección Empresarial.
Y si bien hubo una situación parecida con Luis Murillo, exministro de Ambiente e ingeniero de minas, él es un patronato en cuestión ambiental y cuenta con una gran experiencia; a diferencia de Molano, que para el cargo que ocupará no tiene el perfil requerido, solo se le reconoce el conocimiento y experiencia en la administración pública. Recordemos que Molano desciende del IDRD de Bogotá y no cuenta con experiencia en el sector ambiental. Esta es la principal razón por la que los ambientalistas se contraponen a que quede al frente de Parques Nacionales Naturales, una institución que ha contado con la dirección de personas especializadas en temas ambientales y enfoque de conservación.
Molano llega luego de que en su anterior cargo haya sido cuestionado por los antecedentes ocurridos en el Parque Japón en Bogotá, donde se realizó la tala de árboles, la pavimentación de los parques y la construcción de canchas sintéticas, que fueron polémicas durante la administración del exalcalde Peñalosa. Aunque en su momento dieron explicaciones, estas no fueron de la satisfacción para algunos.
Sea como sea, muchos ambientalistas se adelantan, hacen conclusiones y se atreven a decir que con su llegada podrían adelantar la idea de realizar la construcción de zonas hoteleras en algunas áreas protegidas, una propuesta salida de ciertas corrientes políticas y la cual no es bien recibida en PNN, pues defiende la conservación de estos territorios tan importantes para enfrentar el cambio climático.
Esta misma corriente política se ha enfrentado a Parques Nacionales expresando que este pone trabas en el desarrollo turístico del Tayrona, pero al final no son trabas, sino razones para no desarrollar este tipo de proyectos y es esta la labor de la entidad, conservar aquellos territorios con ecosistemas tan valiosos y necesarios.
El caso más polémico es el del Parque Tayrona, en donde la mayor parte pertenece a propietarios, equivaliendo al 90% de terrenos del tayrona, que al no ser zonas del Estado se hace difícil realizar ecoturismo en estos terrenos, pues traen consigo conflictos con los dueños y está el Estado en la obligación de sanear esos terrenos privados. La discusión llega porque los propietarios e interesado desean adelantar las construcciones de hoteles en el parque, entre esos uno llamado Six Senses, a lo que Parques Nacionales se opone y expone las razones por las que en los parques naturales no se deben desarrollar zonas hoteleras, principalmente porque el Tayrona es una zona estratégica para resistir las adversidades del cambio climático y sobre él recae la generación de agua; entre otros beneficios, además expresan que dar apertura a hoteles podría afectar la conservación del lugar.
Evitar que el Tayrona se convierta en un complejo hotelero se ha convertido en uno de los retos de parques nacionales y lo que se espera es que se respete lo sentado por el Consejo De Estado y lo establecido en la normativa ambiental, que implanta la prohibición de este tipo de infraestructura en los parques nacionales naturales. A la propuesta le incluyen que la infraestructura que desean implementar en los hoteles será amigable con el ambiente, pero no garantiza que se impacte negativamente, solo es admisible legalmente las infraestructuras livianas, un ejemplo son las zonas de camping y hamaqueo en los lugares ya compatibles con las condiciones biofísicas del parque natural; es importante mencionar que en los parques naturales de otros países se están retirando los hoteles, para así conservar mejor las zonas, la opción para el desarrollo ecoturístico del Tayrona es que las zonas de infraestructura que en ese caso deberán ser agradables con el ambiente existan en áreas por fuera y cercanas a los parques de modo que no constituyan una problemática y aporten al ecoturismo.
No hay duda que el ecoturismo en los parques debe hacerse, pues es una actividad complementaria de la conservación y será PNN quien deberá planificar y ordenar el ecoturismo, situando como prioridad la conservación del lugar, tampoco debe de entrar a un debate promovido por los que buscan hacer inasequible los parques, solo para un grupo de personas que lo logren costear y llevarlos a un modelo turístico que explote y exponga al riesgo de un deterioro ecológico.
La disputa continuará y con la llegada de Molano se genera incertidumbre y suspicacia, pues se considera que posiblemente estará a favor de desarrollar este tipo de proyectos de infraestructura y es que con su proceder nos ha demostrado su posición, algunos aseguran que este nombramiento tiene que ver con cuestiones políticas, a lo que no estamos muy lejos, pues recordemos que Molano fue funcionario de la anterior administración de Bogotá, la cual ha tenido vínculos muy cercanos con partidos que hoy hacen parte del gobierno, sin olvidar que esa corriente política no le hace mala cara a la idea de los hoteles, pues según ellos se puede alcanzar el desarrollo turístico, así como generar recursos para financiar la conservación de los parques; cabe aclarar que no hay oposición al desarrollo del turismo en las zonas, sino que este desarrollo se busque siempre respetando los recursos naturales, las áreas protegidas y las comunidades del lugar.
Frente al tema de los recursos, Parques Naturales requiere de inversión, esta se obtiene por el pago de servicios ambientales y el ecoturismo. Exponen que de requerirlos del turismo que depende de los hoteles les tocaría inundar de hoteles los parques, pues lo que reciben son pocos recursos; aquí está otro de los retos de PNN, que es el financiamiento para la conservación.
En estos momentos no sabemos si Molano dará un giro a Parques Nacionales Naturales o permanecerá en la misma línea de sus antecesores, aunque con sus actos nos indicaría que daría un giro en el timón de PNN, pero es muy temprano para hacer señalamiento; no obstante, Molano nos deberá demostrar que no velará por intereses de algunos y que por ningún motivo pondrá en riesgo nuestro mayor patrimonio. Es que todos debemos tener claro que las áreas protegidas no se tocan, ni se debe de poner en dilema la conservación de los recursos naturales.