Cuando las estrategias de lucha e inconformismo se agotan, no queda más remedio que burlarse de las siuaciones que ocurren dentro de la sociedad. Como lo diría Marge Simpson, "en un momento así sólo se puede reir".
Cuando una de las cantantes más famosas y representativas de nuestro país, olvida la letra del tan "sagrado" himno nacional, sólo nos queda pensar nuevas formas de expresar nuestro inconformismo por su cuestionado patriotismo. Y es allí, donde nace la propuesta de la contracultura: "que liberen a Ublime".
Cuando nuestros "honorables" políticos nos dan lecciones de cómo no hacer comerciales éticos y con argumentos, no hay otro camino que enfurecernos y tirar a diestra y siniestra una que otra naranja. Pero si somos defensores de la naturaleza, y nos ofendemis con esto, podemos proponer parodias acerca de lo que más quieren nuestra mujeres "liposución".
Y es que nada ni nadie se escapa del ingenio de los desocupados, ni siquiera la insitutición más poderosa de nuestro mundo: la Iglesia. Tal vez, burlarse de lo inburlable, es la mejor forma de reclamar justicia, de desestructurar lo inmovible y de crear nuevos discursos. Pero en últimas, ¿por que nos produce tanta empatía ver un meme? Puede ser porque ellos dicen lo que todos pensamos y nadie puede decir.
Politcos, artistas, futbolistas, cantantes, actores, religiosos, periodistas y hasta desconocidos han caído en esta red, en esta forma de revolución, de enfrentarse al establecimiento, de vencer al sistema dentro de sí mismo. Actualmente, el graffiti ha sido reemplazado por "El chico del cereal", "Forever alone", "Fry", "Jackie Chan"y hasta por "Brian bad luck".
Y todo ha indicado, que el mundial ha sacado lo mejor de sus espectadores, ya que en cada partido se crean cantidad de imagenes que, dependiendo del país en que se observen, pueden ofender o generar risa. Por ejemplo, la imagen de Falcao y James con la controvertida cocaína sacó la furia de los colombianos, y en contraste, los divertidos montajes que hicieron del mordelón Suárez nos dieron risa.
Así son nuestras manisfestaciones, llenas de sátira, ácido y burla, que nos hacen recordar, o mejor, no olvidar, que todo, absolutamente todo, puede ser cuestionado, así sea, desde la burla.
@felipeboniser