El pasado jueves 21 de marzo se reunió el Consejo Superior Universitario (CSU) de la Universidad Nacional con el fin de elegir al nuevo rector para el periodo 2024-2027, quien tendría que llegar con la difícil tarea de reemplazar a Dolly Montoya, cuya gestión ha sido bastante criticada. Sin embargo, contra todo pronóstico, terminaron eligiendo al candidato que a todas luces representa el continuismo, el vicerrector José Ismael Peña.
Por lo sucedido en la consulta electrónica que se llevó a cabo semanas atrás, todo parecía indicar que el ganador iba a ser Leopoldo Múnera, quien resultó siendo el más votado tanto por los estudiantes, como por los profesores y los egresados. El presidente Gustavo Petro, quien cuenta con tres representantes en el CSU, anunció que iba a respetar el clamor popular y se entendía que la representante de los estudiantes y el de los profesores iban a hacer valer la posición de quienes los eligieron para dichos puestos.
Cuando se conocieron los resultados se generó incertidumbre sobre qué pudo haber pasado durante la sesión extraordinaria del CSU para que el rector elegido terminara siendo otro, teniendo en cuenta que de antemano se contaban con 5 de 8 votos posibles, los necesarios para hacer una elección según los estatutos del organismo. Incertidumbre que se profundizó con el hecho de que las votaciones terminaron siendo secretas por decisión del propio CSU.
No obstante, la Revista Raya se encargó de despejar el panorama revelando una reunión secreta entre 5 de los 8 miembros del CSU (todos menos los 3 representantes de Petro) que se llevó a cabo en la casa de Ignacio Mantilla, exrector de la Universidad Nacional entre 2012 y 2018 con una gestión igual de criticada a la de su sucesora.
Dicha reunión tenía un objetivo claro, eliminar de la contienda a Leopoldo Múnera y para ello, Mantilla, como buen matemático, propuso una metodología de votación que lo permitía. Asimismo, daba lugar a que los representantes de estudiantes y profesores lograran salir bien librados sin que fuera evidente que incumplieron sus promesas. Pero, terminaron siendo desenmascarados.
Esto desencadenó varias cosas. En primer lugar, la renuncia de la representante de los estudiantes, Sara Jiménez, cercana al exrepresentante Ronald Vargas, quien optó por echarla al agua y asegurar que su apoyo siempre fue para Múnera; en segundo lugar, la disolución del denominado equipo de trabajo de estudiantes de la Universidad Nacional (Equipo UN), al que pertenecía y, en tercer lugar, la convocatoria a paro definido o asamblea permanente hasta después de semana santa de varias de las facultades de la Universidad, el cual podría terminar alargándose, puesto que buena parte de la comunidad universitaria rechaza la elección de José Ismael Peña.
Hilo de los anuncios de las facultades de la Universidad Nacional para declararse en paro 🧵:
— Alexandra Montenegro (@sinautocorrect) March 23, 2024
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