Lo política tradicional, esa de las grandes maquinarias, los sonados apellidos y las abundantes billeteras, esa de las prácticas seculares en los procesos electorales que siempre ha visto con ojos despectivos la potencialidad de la juventud, hoy se encuentra sorprendida y preocupada por la llegada a espacios de gran importancia de la política nacional, de nuevos actores especialmente juveniles, que de forma contraria a estas prácticas han logrado cautivar a través de un mensaje fresco y coherente a un importante porcentaje de las ciudadanías libres utilizando nuevos escenario en la disputa política, como lo son los espacios digitales en especial las redes sociales.
Hoy son dos ejemplos los que llaman la atención de toda ciudadanía capitalina y hasta colombiana: los que sin maquinaria, apellido e infladas billeteras llegaron al cabildo de Bogotá con importantes votaciones y cuya plataforma de impulso fueron los escenarios virtuales, como los son Facebook, Twitter o Instagram.
Julián Rodríguez Sastoque de apenas 23 años es el concejal electo más joven de toda la historia de Bogotá con 28.420 votos. Julián, al igual que la mayoría de jóvenes bogotanos, es de familia humilde y trabajadora. Sus estudios los ha adelantado en el marco de la educación pública, primero en un colegio del distrito y luego en la Universidad Nacional, de la cual está a punto de ser egresado como economista. En resumen, es una persona de a pie como la mayoría de nosotros.
De la misma forma, Carlos Alberto Carrillo Arenas, diseñador industrial de la misma universidad (UN), ha llegado al Concejo de Bogotá sin contar con alguna de las tres variables anteriormente nombradas, con una votación ampliamente deseada por la política tradicional: 31.960 votantes. Carrillo fue uno de los ciudadanos que por medio de un ejercicio investigativo logró desmentir los títulos académicos por los que se ufanaba el saliente alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa.
Entonces, ¿cómo se logró llegar al concejo de Bogotá con una excelente votación sin apellidos con tradición política, sin padrinos y sin recursos? La respuesta es la democracia digital.
Estos dos nuevos concejales lograron llegar y cautivar a un porcentaje significativo de la sociedad hiperconectada, alcanzando todos los grupos etarios por medio de un mensaje esperanzador y técnico, un discurso coherente con la realidad y las necesidades de los ciudadanos utilizando como herramienta principal de comunicación, los escenarios de la virtualidad.
El surgimiento de la democracia digital en estas elecciones regionales, también ha abierto la puerta para la participación activa de ciudadanos que nunca se han considerado relevantes en las prácticas tradicionales: las y los adolescentes, que de forma indirecta tuvieron amplia influencia en los resultados de las pasadas elecciones. Los y las adolescentes cautivados por los mensajes que observaban en sus redes, lograron convencer a sus familiares para que acompañaran con su voto, lo que para ellos representa el cambio y la renovación.
La democracia digital como lugar de encuentro y disputas políticas será en la próxima década el escenario mayor interés para todas las apuestas electorales, no será raro ver como se inundan nuestras redes en tiempos de campañas, queriendo imitar la estrategia para el éxito de los pioneros políticos digitales. Así la democracia digital ofrece un amplio abánico de posibilidades de combatir de frente en una nueva arena de batalla a las prácticas tradicionales, empoderando nuevas ciudadanías libres y visibilizando los actores históricamente olvidados.
