El británico Chris Froome se vació literalmente y se comportó como un gregario para que su compañero y ahora líder de filas del INEOS, Egan Bernal, ganara la etapa reina de la Ruta de Occitania. Bernal derrotó a otro de los que será su rival en el Tour de Francia, Thibaut Pinot. Todo lo hizo gracias a que el británico, cuatro veces campeón del Tour de Francia y uno de los diez hombres que ha podido conseguir las tres grandes -Giro, Vuelta y Tour, tiró del grupo y desgastó a sus rivales antes del ataque final.
Con la generosidad de Froome queda demostrado que no es más que una trampa de la prensa la supuesta enemistad y envidia del británico contra quien es considerado en este momento la máxima joya del ciclismo mundial. Lo que si es un hecho es que Bradley Wiggins, quien fuera el líder del Sky a comienzos de la década pesada, dijo que Egan se ganó de chiripa el Tour del año pasado gracias a la neutralización abrupta de la etapa reina del Tour, la antepenúltima donde logró ponerse la camiseta amarilla de líder de la carrera.