Patricia Duque Cruz llegó al Ministerio del Deporte en el último remezón, como cuarta Ministra de una cartera que ha sido desafortunada desde el comienzo cuando fue nombrada la exmedallista olímpica María Isabel Urrutia, quien terminó removida por el Presidente e investigada por la Fiscalía y la Procuraduría.
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Con trayectoria en el sector público en cargos altos como el de la superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios en el gobierno Santos, el contacto de Duque con el mundo del deporte ha sido permanente a través de su esposo, el periodista Héctor Palau Saldarriaga, un comentarista muy reconocido con quien está casada desde hace varios años. Ambos son oriundos de Cartago, en el Valle del Cauca, pero se han desarrollado profesionalmente en Bogotá.
La plataforma de Palau desde hace décadas es Antena2, emisora que le pertenece a RCN y que es la más grande del país entre las que solo se dedican a cubrimientos deportivos. Pero, a diferencia de la mayoría de periodistas deportivos del país, él logró ganarse un nombre en un mundo totalmente ajeno al del fútbol, puesto que le ha dedicado toda su carrera a hacerle cubrimiento a otro tipo de disciplinas, pero especialmente aquellas que hacen parte del ciclo olímpico, lo que lo lleva a destacarse cada cuatro años durante las justas cuando su voz pasa a tener absoluta autoridad.
Su persistencia informativa ha llevado al vallecaucano a ser un referente gremial hasta ser presidente de la Asociación Colombiana de Periodistas Deportivos de Bogotá (Acord). De igual manera, también le han delegado otras importantes responsabilidades como la de ser el director del Clásico RCN, una de las principales carreras de ciclismo que hay en Colombia, cargo que hoy en día sigue desempeñando.
Mientras él se dedicaba a narrar todo tipo de deportes, su esposa se movía en el sector público
Ya con Palau en la cima del periodismo deportivo, Patricia Cruz hacia sus pinitos en la política, despegando totalmente en 2005 cuando llegó a la Dirección Administrativa y Financiera del Concejo de Bogotá de la mano del condenado concejal Hipólito Moreno comprometido en el Carrusel de la contratación. Los nombres que empiezan a aparecer publicados en el portal del gobierno indican que se rodeará de viejos colaboradores suyos en el Concejo y la Contraloría de Bogotá, donde también trabajó cuando concluyó el gobierno Santos.
Su nombre llegó a la Casa de Nariño por vía del entonces ministro del interior Juan Fernando Cristo, uno de los políticos influyentes con Santos, y fue nombrada Superintendente, un respaldo que volvió a tomar forma en este gobierno y al que se le debería su inesperada llegada al golpeado Ministerio del Deporte.
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