Falcao va a salir de titular el viernes contra Perú. Liderará un ataque que lleva cinco partidos sin anotar gol. Sobre la espalda de Falcao recaen toda la responsabilidad del ataque nacional como si el máximo goleador de nuestra historia estuviera obligado a salvarnos siempre.
La última vez que lo hizo fue en el heroico empate en Santiago contra Chile, logrando marcar en el último minuto. Viene de una serie de lesiones que lo han mermado. Para terminar de completar el oscuro panorama no tendrá de compañero al injustamente criticado Duvan Zapata que está lesionado.
Falcao es delantero de un equipo que no crea opciones de gol, un equipo sin generación de juego. Si a un delantero no le llega la pelota en el área deberá bajar y desgastarse al centro de la cancha. El mentado sacrificio. Por eso es tan desesperante ver al equipo de Rueda como desperdicia una joya como Santos Borré quien termina siempre de centro campista. Una tragedia.
Los delanteros necesitan opciones, si no los ponen frente al arquero ¿cómo van a marcar? Ni un monstruo como Falcao puede conseguir estos milagros. Por eso es completamente injusto cargarle la responsabilidad a Radamel. Contra Perú necesitamos que los laterales –mas preocupados por marcar- lleguen a la línea final y tiren el centro para poner a saltar a Radamel. A sus 36 años debe medir su energía, Rueda debe dejar de exigirle sacrificio. Radamel está por encima del bien y del mal y lo único que necesita es confianza. Si le ponen al lado a Borré jugado en el área y arrastrando la marca podremos salir de esta racha.
Se vienen dos partidos vitales para ir al Catar. Hay que ganar en Barranquilla y aguantar en Buenos Aires. ¿Tendrá la jerarquía Rueda para hacerlo?