Ayer la tendencia máxima en redes fue una grosería que no voy a repetir acá pero que todos saben cuál es. Entré y vi que se referían a Marta Lucía Ramírez. La vice no logra conectar con la gente, su tono, su dicción, nos recuerda lo peor del arribismo bogotano, lo peor de esas señores que miran por encima del hombro. Al principio creíamos que podría funcionar como vicepresidente, sobre todo cuando regañó a Macías cuando durante la posesión de Iván Duque dio uno de los discursos mas ofensivos de nuestra historia.
Pero no, Marta Lucia ha demostrado estar de parte siempre de los ganadores, de los poderosos, de los grupos económicos que financian las campañas políticas, el pueblo, con declaraciones como la de ayer, cuando nos llamó atenidos, quedó demostrado que no le importamos. La actitud de Marta Lucía es odiosa, ofensiva y peligrosa para ella. Figuras así, tan altivas y desconectadas de la realidad como Maria Antonieta, han sido borradas de la historia.
Parece que a la burbuja en la que está metida no le llegan los gritos de indignación, de hambre del pueblo. Ayer en las tendencias quedó plasmado la repulsión que genera la silueta altiva, la terrible conciencia de clase que tiene esta mujer con su pueblo. La conciencia de clase de los ricos que es la única que existe. Claro que existe una guerra de clases y como dijo Warren Buffet es la guerra que emprendieron los ricos del mundo contra el resto de la humanidad, es la guerra más mezquina de todas.
Señora vicepresidenta, una de las tendencias de ayer decía "usted es la clásica rola clasista" y eso parece, una figura de caricatura que sólo genera repulsión. Usted no representa a nadie, ni a las mujeres, ni a los trabajadoras, usted sólo representa lo que es: una señora bien educada, con dicción perfecta y que todo lo que le suene a Sur le genera el más profundo de los desprecios.