Un inusual debate de control político se llevó a cabo el pasado 27 de marzo en la sesión plenaria del Concejo de Medellín, tanto así que fue transmitido por un canal local y, así suene paradójico, fue tendencia en redes sociales.
Aunque suene increíble e inimaginable, el tema fue el estado de las poblaciones de zarigüeyas en el municipio de Medellín y su área metropolitana.
La bancada animalista, liderada por el concejal Álvaro Múnera Builes y Ramón Acevedo Cardona, citó a las entidades del gobierno local, a las autoridades ambientales, a la Fundación Zarigüeya y a diversos colectivos ambientales.
Y es que, en términos generales, el estado de las poblaciones de este individuo en el área metropolitana es preocupante. El desconocimiento, la ignorancia generalizada, la falta de control y la implementación inadecuada de la educación ambiental a los ciudadanos han hecho que este importante animalito sea objeto de las más aberrantes situaciones.
Por parte del área metropolitana (autoridad ambiental) se enumeraron las diferentes estrategias que desde allí se vienen liderando en materia de control y seguimiento. La Secretaría de Medio Ambiente hizo lo propio como encargada de implementar políticas desde el ente territorial. Sin embargo, esto parece estar lejos de aliviar la situación de este individuo.
La Fundación Zarigüeya reportó ciento sesenta y tres denuncias hechas a sus líneas y redes sociales, de las cuales el 63%, equivalente a ciento dos llamadas, corresponden a las realizadas desde la ciudad de Medellín. El porcentaje restante corresponde a llamadas hechas desde el resto de los municipios del área metropolitana y del departamento de Antioquia. De esas mismas llamadas, cincuenta y seis corresponden a atropellamientos. Y los porcentajes restantes corresponden a muertes por objeto contundente, envenenamiento, ataques por felinos y caninos y otras causas.
Nunca un animal había sido objeto de tantas animadversiones: son cruelmente apaleadas, envenenadas, usadas para entrenar perros con gran capacidad de mordida y cualquier situación de crueldad animal. La crueldad en su máxima expresión ha sido la constante para acabar con la vida de nuestro único marsupial americano.
En ese mismo sentido, un estudio realizado por el Instituto Tecnológico Metropolitano (ITM) y RECOSFA en el año 2017 arrojó que en las vías cercanas de oriente de Antioquia, el 63,1% de los individuos de la fauna silvestre atropellados son zarigüeyas, situación que deja muy mal paradas a las poblaciones de este individuo de la fauna silvestre.
Con todos los aspectos mencionados en este artículo, y que van en contra del buen estado de una población de fauna, muy difícilmente vemos un panorama alentador para esta especie que, siendo tan cercana a los entornos urbanos, se desconoce mucho de su ecología y biología. Los esfuerzos de los entes territoriales, de la autoridad ambiental, de los colectivos ambientales y sociales en general deberán de implementarse de manera urgente con el fin de evitar en lo posible que estas poblaciones de fauna desaparezcan en un futuro no muy lejano.
Más sobre las zarigüeyas
1. La zarigüeya es el único marsupial en América.
2. Al igual que los carismáticos marsupiales australianos, la zarigüeya también tiene una bolsa en el vientre conocida como marsupio.
3. Tiene cerca de 65´000.000 millones de años en la tierra y data desde la época de los dinosaurios.
4. Cuenta la leyenda que en tiempos pasados la zarigüeya saco el fuego de las brasas con su cola y se lo dio al hombre, por eso es rabipelada.
5. Colombia cuenta con cerca de 50 especies de orden marsupial y 12 para el Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
6. Las chuchas no son primates; aun así, tienen pulgares oponibles como los humanos y cola prensil como algunos simios, los que les facilitan subir a los árboles y moverse por las ramas.
7. Son importantes dispersores de semillas y desempeñan otros roles vitales en los ecosistemas.
8. Hacen parte de la cadena alimenticia como depredador y como presa.
9. La chucha común o zarigüeya, tiene la capacidad de entrar en un estado de coma involuntario al sentirse amenazada. La gente lo llama: “hacerse la muerta”.
10. La chucha común o zarigüeya puede resistir mordeduras de serpientes venenosas.
11. Controlan la proliferación de plagas como roedores e insectos, porque forman parte de su dieta.
12. Las zarigüeyas no son mascotas, son mamíferos marsupiales catalogados por la legislación colombiana como fauna silvestre (Decreto Ley 1608 de 1978). Su lugar está en los ecosistemas en donde se encuentra naturalmente.