Ilse Amory Ojeda creyó haber agarrado el cielo con las manos después de conocer al colombiano Juan Valderrama. La mujer sentía que el hombre, de 28 años, la llenaba de vida. Sin embargo, su familia no lo veía con buenos ojos. Se conocieron hace tres años cuando él era mesero en Santiago y ella le dio posada en su casa. Ni la hermana ni el hijo de la chilena pusieron mayores obstáculos a la relación puesto que él debió regresar a Colombia por razones legales. Durante el tiempo que estuvieron separados ella le enviaba desde Chile una cuota mensual cercana a $1.200.000 pesos colombianos.
A principios de 2019, cuando él conoció que ella recibiría una suma cercana a los $100 millones de pesos por su retiro de la policía chilena, viajó para visitarla. Allá la convenció de irse a vivir con él a Bucaramanga y montar un local de comida típica chilena con el dinero que iba a recibir. Ilse Amory llegó a Colombia junto a su pareja el 5 de marzo. Viajaron a Medellín, luego fueron a Puerto Parra y Curití (Santander) y el 25 de ese mismo mes se establecieron en Bucaramanga. Cinco días después no se volvió a saber nada de ella. El 30 de marzo comenzó una tormentosa y trágica historia ue tiene en vilo a dos países y combina todos los elementos de una novela de terror; engaños, amor y sangre.
Cuando la Fiscalía colombiana supo que el beneficiario del seguro de vida de Ilse Amory Ojeda era su novio, Juan Valderrama, todas las sospechas se dirigieron hacia él. La aparición de un cuerpo incinerado en una zona boscosa de Rionegro (Santander) podría ser la pieza faltante en el macabro rompecabezas. Solamente se encontraron los huesos porque el resto del cuerpo está calcinado. Una de las pruebas de la Fiscalía en contra de Juan Valderrama es el testimonio de un hombre a quien le pagó $ 200 mil para que lo ayudara a quemar lo que supuestamente sería el cadáver de una vaca. La quema habría ocurrido entre el 29 y el 31 de marzo según vídeos de cámaras de seguridad que comprueban que el hombre estuvo en la zona durante tales fechas.
La hermana y el hijo de Ilse Amory llegaron este lunes a Colombia para realizar pruebas de ADN y comprobar que los restos hallados eran de Ilse Amory. “No sé a quién le cabe en la cabeza que él pueda ser inocente” declaró la hermana a medios al llegar a Bucaramanga. La familia aumentó su desconfianza hacia el hombre cuando se enteró que él estaba casado con una norteamericana, que también era varios años mayor, llamada Becky Evans. La familia contactó a la mujer por redes sociales e intercambiaron un par de mensajes. Después de esto ella, enfadada, se habría regresado a Estados Unidos.
Juan Valderrama reconoció públicamente su relación con esta otra mujer. Sin embargo, negó haber estado casado. Según dijo, Ilse Amory se habría enterado de esta relación porque vio mensajes en el celular. Esto habría despertado su ira. El hombre dijo que discutieron y que no la volvió a verla desde el 29 de marzo, día en que ella lo abandonó. La familia de Ilse Amory tampoco entiende por qué si la desaparición fue ese día, la denuncia la hizo casi dos semanas después. Modificó su versión para reconocer que no la veía desde el 5 de abril.
Medicina Legal ya confirmó que los restos quemados eran de Ilse Amory. Los familiares solo piden que se haga justicia. De ser hallado culpable, Juan Valderrama enfrentaría cargos por desaparición forzada, homicidio y feminicidio. Recibiría una pena de hasta 41 años en prisión. Alejandra Ojeda, hermana de Ilse Amory, al llegar a Colombia el mismo día que ésta cumpliría 52 años dijo que lo único que espera es que Valderrama pague por lo que hizo: “Yo no soy nadie para perdonar, hay un Dios. Yo creo que él va a pagar acá y que Dios también lo va a hacer pagar”. De cualquier manera se trata de una siniestra historia que pasó de ser un idilio a una calculada trama alrededor de $ 100 millones, con los que se quería quedar el santandereano Juan Valderrama.
Un año después del crimen que conmocionó a los dos países, Juan Valderrama recibió una condena de 36 años en prisión. Sin embargo, su familia en Chile no quedó satisfecha con la pena en cuestión. En entrevista con el diario El Tiempo, Margarita Ojeda, hermana de la difunta, dijo que "Ojalá no salga nunca de prisión. Es muy poquito para lo que le hizo a mi hermana".