Con estupor y tristeza encuentro que el periódico El Tiempo ha censurado cerrando el blog de Daniel Emilio Mendoza. Leí con detenimiento tanto la carta de Mendoza al director del periódico como el escrito titulado: “Uribe Noguera y sus amigos pedófilos” y ahora sí puedo concluir que tengo la razón exacta por la cual los grandes magnates casi que como una condición para serlo, deben poseer los medios de comunicación: Poder. Esa simple palabra encierra un gran entramado de manipulación a las masas. Determinan que podemos y que no podemos ver, leer y escuchar.
Lo más trágico es que todos los días escuchamos a dirigentes políticos usar la palabra “democracia” como si fuese la niña hermosa de la casa que debemos mostrar orgullosamente. Nada más falso que nuestra democracia. Empezando que en una democracia real jamás el Fiscal General sería un abogado que ha sido asesor del hombre más rico del país que casualmente es el dueño del periódico donde fue censurado el opinador que ya bastantes dolores de cabeza ha causado con sus libros a esta élite que sigue siendo la dueña no solo de los medios de comunicación sino del país entero.
Devolviéndome al escrito de Mendoza veo que fue vetado únicamente por lanzar hipótesis que a larga la Fiscalía General de la Nación al día de hoy no ha hecho nada para desvirtuar, deben condenar a Rafael Uribe porque no tienen otro camino pero creo que quedarán muchas dudas por resolver de lo que hay detrás de este escabroso caso que se hizo público únicamente por la torpeza con la que actuó el señalado de cometer tan atroz crimen. También me pregunto igual que Mendoza lo hace: ¿hay una red de pedófilos estrato 6 que no pueden ser investigados?, responsa usted señor Fiscal.
Con pena veo que en este país se siguen callando a la fuerza las voces que no comulgan con nuestra estructura de poder o la ponen en jaque, recordemos lo sucedido con la revista Cambio en la presidencia Uribe Vélez y recientemente con la “echada” a patadas de Pirry de RCN televisión por una investigación periodística a un poderoso político.
Colombia pide a gritos una independencia marcada de los medios de comunicación hacia los grupos de poder político o económico que en nuestro caso son uno mismo, cuando esto suceda podemos decir que existe una democracia más sólida y que por fin se escucharán las voces de ciudadanos, periodistas y no periodistas, que con tranquilidad denunciarán los abusos de nuestros dirigentes sin temor a ser mordidos por las pirañas que están en el fondo.