Muy recién posesionado Andrés Pastrana el 7 de agosto de 1998 nombró a Carlos Julio Ardila Gaviria, el mayor de los cuatro hijos del empresario Carlos Ardila Lulle, como su embajador en España. En su entorno le cuestionaban abandonar, a sus 49 años, el empeño en que estaba en Colombia poniendo a andar el recién creado canal RCN “Nuestra Tele”.
Carlos Ardila Lulle movía los hilos del grupo económico familiar que lideraba y que, por esa época, según Forbes, tenía una fortuna superior a los USD 6.000 millones. Carlos Julio, más empresario que cualquier cosa y sin el perfil para liderar tareas públicas aceptó el nombramiento por su cercanía con su contemporáneo Andrés Pastrana, a quien, como conservadores, apoyaron su candidatura presidencial. Se había graduado de bachiller en el colegio de los jesuitas el San Ignacio de Medellín, pero viajó a formarse en Administración y Finanzas en Georgetown University en Estados Unidos y luego se especializó Economía en la Universidad de Miami.
Empezó su vida profesional en Nueva York y residió durante varios años hasta que se decidió su regreso a integrase en los negocios familiares en Colombia y concretamente a apoyar el montaje del canal RCN, que junto con el Canal Caracol de los Santo Domingo inauguraron la televisión privada en Colombia en ese mismo año.
El primer programa que salió al aire fue La Noche, de Claudia Gurisatti, este se emitió el 28 de mayo de 1998. Aunque al principio su rival, Caracol, le llevaba una enorme brecha en audiencia, Carlos Julio supo recortarle en su momento la distancia. Estaba enrutado en el canal, pero el nombramiento le cambió sus planes.
Carlos Julio llegó a Madrid el 4 de septiembre donde juramentó su nuevo cargo. Pasó la noche en la casona ubicada en el Paseo del General Martínez Campos, 48 – 28010. Sin embargo, al otro día, se trasladó a la mansión de su padre, ubicada en el sector de La Moraleja.
Las condiciones de la residencia del embajador no eran las mejores y los Ardila se propusieron transformarla para que estuviera a la altura de otras embajadas en Madrid. El valor de las obras correría por cuenta de los Ardila y la remodelación sería asumida como una donación al gobierno de Colombia. Los trabajos duraron cerca de seis meses. Hubo una ampliación de la biblioteca, se tumbaron paredes que encerraban la cocina y la dejaron más abierta. Se construyó un salón para recibir visitas. Aunque no viviría permanentemente su hijo allí, Carlos Ardila Lulle decidió regalarle al gobierno unas obras que sobrepasaron los 22 mil euros de la época. Al terminar la casa del paseo del General Martínez Campo era considerada la más moderna, lujosa y hermosa de todas las embajadas de Colombia en distintas capitales del mundo, muchas de éstas bien situadas, pero con casas viejas.
A pesar de esto la embajada de Carlos Julio Ardila en España no termino bien. El 12 de abril del 2001 renunció a la embajada en señal de protesta por la suspensión que sufrió el programa La Noche después de que el gobierno decidiera tomar la medida como respuesta a la serie de entrevistas que hizo su directora, Claudia Gurisatti, al jefe de las AUC Carlos Castaño Gil. En ese momento las conversaciones de paz de Andrés Pastrana con la guerrilla de las FARC en San Vicente del Caguán habían naufragado inexorablemente.
Alejado de la diplomacia Carlos Julio Ardila regresó a Colombia y poco tiempo después se empeñó en el rescate de otra obra arquitectónica, esta vez en Cartagena, vecina del Palacio de la Inquisición, donde instalaría su segunda residencia pero que poco a poco convirtió en su casa de vivienda principal.
El regalo de los Ardila, la cómoda residencia del embajador en España es dónde el Presidente Gustavo Petro y su esposa Verónica Alcocer se están quedando, huéspedes de su amigo personal el empresario Eduardo Ávila Navarrete, cuyas esposas además son muy amigas. En su casa de Chía, celebraron con largos almuerzos todos los triunfos electorales de Petro, y su hermano Polo Ávila entró a formar parte de la Cámara de Comercio de Bogotá.
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