Luego de casi dos meses de cese al fuego entre Israel, y el grupo palestino de Hamás, la madrugada del martes 18 de marzo de 2025, volvieron los bombardeos de la aviación israelí sobre la Franja de Gaza. La cual deja, por el momento, el asesinato de más de 400 palestinos, y un considerable número de heridos que sobrepasan los 500.
Todo esto ocurre en medio de las negociaciones que sostenían las partes, las cuales contenían la entrega de rehenes israelíes que aún se encuentran secuestrados en poder del grupo palestino de Hamás. El mundo ha rechazado con vehemencia este acto atroz en contra de la población civil, especialmente de mujeres y niños.
Sin embargo, pese al enérgico rechazo de diferentes naciones en varios continentes, los cuales condenan las acciones bélicas de la nación hebrea, los Estados Unidos respaldan la política genocida del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien ha utilizado el pretexto de la guerra en Gaza, y así sacarle el quite a la justicia de su país, frente a las acusaciones de corrupción que pesan en su contra.
Netanyahu no solo enfrenta cargos por corrupción, también se le suman los señalamientos por parte de una comisión independiente de investigación, la cual responsabiliza al ejecutivo israelí, al Servicio Interior de Inteligencia (SHIN BET), al igual que al ejército hebreo de negligencia. Frente a la misionalidad de proteger al país, ante los ataques de Hamás, el 7 de octubre de 2023, que dejaron como resultado, 1400 personas asesinadas, y más de 200 secuestrados. La respuesta por parte de las fuerzas israelí no se hizo esperar, que respondió con bombardeos masivos que han devastado al pueblo palestino, sumiéndolo casi que al exterminio, con más de 62 mil civiles asesinados, entre los que se cuentan más de 137 periodistas que han sido acribillados, a manos de las fuerzas judías.
Los inhumanos bloqueos, por parte del ejército de Israel, que impiden a los palestinos el acceso a los alimentos, cortándoles los suministros de energía, y al agua, bombardeando hospitales, lo que constituye una flagrante violación al Derecho Internacional Humanitario (DIH), incurriendo en crímenes de guerra.
Es por ello también, que la Corte Penal Internacional (CPI), emitió el pasado mes de noviembre de 2024, una orden de arresto, en contra de Benjamín Netanyahu, la cual cobija a su exministro de defensa, Yoav Gallant, quienes deberían responder ante el tribunal internacional, por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
A pesar del horror, y el rechazo que han causado ante el mundo todos estos crímenes de guerra, los que muchos han calificado de genocidio, no hay quien pueda parar a las fuerzas armadas israelíes, ya que cuentan abiertamente con el respaldo y la licencia de los estados unidos para matar.
Sea cual sea el gobernante de la casa blanca, que no debería ser Blanca, por la complicidad ante la sangre de inocentes palestinos que han derramado las fuerzas hebreas Demócratas o Republicanos, al igual, no importa, aquí lo que interesa es desaparecer al pueblo palestino, frente a la impotente mirada del mundo, que no hace otra cosa que servir de espectador.
Cualquier país, socio o amigo de los estados unidos, sin importar su sistema de gobierno, tiene la licencia para asesinar en nombre de la libertad, y la justicia. Aquí ha quedado demostrado, la urgente necesidad de reestructurar la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien mediante su consejo de seguridad se limita, tímidamente, a condenar las atrocidades de las fuerzas armadas israelíes.
Con el miedo que le produce las intimidaciones de su principal financiador, “Los Estados Unidos” en cabeza de su presidente, Donald Trump, quien firmó una orden ejecutiva para sancionar a la Corte Penal Internacional, ante la decisión del organismo de emitir una orden de arresto en contra del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya que según el mandatario estadounidense, considera que la postura del tribunal de justicia internacional, amenazan la soberanía de la nación del Tío Sam, y ponen en riesgo la seguridad nacional, al igual que la de sus aliados.
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