La carta que no llegó: la historia del coronel Nicolás Márquez

La carta que no llegó: la historia del coronel Nicolás Márquez

Aureliano Buendía no es más que el abuelo de García Marquez, el mismo que le relataba la historia de su vida cuando era solo un niño en aquella calurosa población de Aracataca

Por: Germán Pino Arboleda
octubre 24, 2017
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La carta que no llegó: la historia del coronel Nicolás Márquez
Foto: Archivo particular

En este año el representante más reconocido de la literatura colombiana Gabriel García Márquez cumpliría noventa años, su opera prima aquella que le dío ese reconocimiento Cien años de soledad cumple cincuenta de ser publicada.

Pero, dónde queda su principal protagonista, aquel coronel que relata su historia a través de los recuerdos que le llegan a punto de morir en un paredón, el mismo que escribe una y otra vez solicitando su pensión de veterano, pero que la respuesta nunca llega.

Ese coronel conocido bajo el nombre de Aureliano Buendía, no es más que su abuelo Nicolás Ricardo Márquez Mejía, el mismo que le relataba la historia de su vida cuando era solo un niño en aquella calurosa población de Aracataca y aquí, la historia.

¿Cómo lo encontré?

Mientras estuve en el Archivo General de la Nación me dediqué a buscar a aquellos combatientes de la guerra de los Mil Días, aquella que dividió no solo dos siglos sino que fue la lucha política más sangrienta desde la época de la independencia y que podría decirse que es el verdadero antecedente del conflicto armado que creemos y esperamos este por finalizar.

En eso apareció el folio de "Márquez Mejia Nicolás R.", carpeta que me llamó la atención. Al abrirla, me causó más curiosidad aún, encontrar la palabra negado.

Esa carpeta en sus inicios contiene documentos radicados en 1951 por el señor Juan de Dios Márquez Iguarán reclamando la pensión y el rango de coronel que debió tener su padre una vez finalizada la guerra en 1902.

¿Quien era el coronel?

Leyendo los papeles que contenía esta carpeta encontré que en 1939 la viuda de Márquez, Tranquilina Iguarán, había realizado la misma reclamación, ya que su esposo había fallecido dos años antes y la ley para la pensión y rango de los veteranos de los Mil Días no aparece sino hasta el mismo 1937 con la ley 65 de ese año.

Con los documentos enviados por su viuda a la Secretaría de Guerra construiré su biografía:

Nació en 1865 en la población de Barrancas, en su momento perteneciente a la provincia de Padilla, hoy la Guajira. Fue hijo de Nicolás Márquez y Luisa Mejía, y se casó en Riohacha en 1887 con la señorita Tranquilina Iguarán.

Durante la guerra de los Mil Días, según las declaraciones de sus compañeros de batallas —los coroneles José María y Laudelino Cabello y el general Sabas Socarrás, quien murió en la década de 1960 de más de cien años— participó en la campaña de la Guajira.

En esta campaña estuvo en combates como el de Chorrera, Riohacha y Carazúa en 1901. Este último es importante ya que fue la entrada de los combatientes liberales a la provincia de Padilla con la ayuda de una fuerza brindada por el general y presidente venezolano Cipriano Castro. Sin embargo, también terminó en derrota.

Esta campaña la realizó el coronel Márquez, quien recibió todos sus ascensos desde alférez hasta coronel durante esta guerra. Su último cargo fue el de intendente general y estuvo bajo las órdenes de generales reconocidos en el liberalismo como Rafael Uribe Uribe, Clodomiro Castillo y Salvador de Luque.

Combatió también en Hato Nuevo y luego en Fonseca bajo las órdenes de los generales Miguel Ramirez, Eladio Cardozo y Justo Leonidas Durán.

Una vez terminada la guerra, Márquez se trasladó con su esposa hacia la población de Aracataca. Ahí nacieron sus hijos, entre los que se encuentra Juan de Dios, el reclamante del folio, y Luisa Santiaga, a quien todos conocemos como la mamá de Gabo.

Después de un tiempo, en 1937, el coronel falleció en Santa Marta, víctima de una neumonía, sin recibir su pensión ni su rango. Esto, al igual que su hermano Juan Francisco, radicado en la Guajira, que al quedar ciego es su hijo quien hace la reclamación de capitán, la cual resultó infructuosa también.

Y así termina la historia del abuelo de García Márquez, de aquel hombre que según dijo su hija para una entrevista con la periodista Alegre Levy sí hacia pescaditos de oro, aquel coronel que dio vida a Aureliano Buendía. La historia de aquella carta que nunca llegó a la casa de los Márquez Iguarán en Aracataca.

Este año se cumplen ochenta años de la muerte del coronel Márquez, quien es un hombre que ha quedado en la memoria de los colombianos.

 

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