Cuando el entonces gerente del Banco de la República de Valledupar, Marco Emilio Zabala Jaimes, se hallaba preso como consecuencia del robo de los 24.072 millones de pesos de las bóvedas de la entidad el 16 y 17 de octubre de 1994 se llevó una muy curiosa sorpresa: uno de los cerebros del asalto, Jaime Bonilla Esquivel, le escribió una carta de su puño y letra en la que lo exoneraba de toda culpa y en la que le manifestaba la extrañeza por su captura.
"Debo aclararle a usted que yo no le he hecho ninguna incriminación, hacerlo sería una ignominia que ni yo le perdonaría", dijo Bonilla Esquivel, un bumangués que dijeron en su momento se alojó en un hotel del frente del banco y quien desde allí, computador y radioteléfono en mano, dirigió el cinematográfico robo que hoy se ha vuelto a revivir como consecuencia de la famosa y exitosa serie que Netflix llama El robo del siglo y que hizo con base en este hurto que no tiene parangón en la historia por la cantidad de dinero que se llevaron.
"Sé de la infamia que han cometido contra usted, pero de mi parte no ha habido el más leve propósito", prosiguió Bonilla en la misiva en la extensa carta escrita por lado y lado de una hoja de papel y que aún conserva el exgerente Zabala Jaimes.
Bonilla fue asesinado en 2004, es decir, 10 años después del robo por sujetos desconocidos que lo acribillaron a bala en una panadería ubicada en la carrera 27 con calle 25, barrio Samper Mendoza, detrás del Cementerio Central de Bogotá.
Según informó el diario El Tiempo de la época dos hombres que se movilizaban en una moto ingresaron al establecimiento y sin mediar palabra dispararon varios tiros de pistola nueve milímetros sobre Bonilla, quien murió al instante.
En el momento del ataque, la víctima se encontraba reunida con otras cuatro personas, que huyeron del lugar.
Bonilla, un exfuncionario de Cuerpo Técnico de Investigación de la desaparecida Instrucción Criminal, coordinó junto con otras 22 personas el hurto a la sede del Banco de la República, que se hizo sin disparar un solo tiro.
El programa Testigo Directo de Rafael Poveda, a través del periodista Héctor Sarasti, mostró en exclusiva la carta firmada por Bonilla en la que se refiere a la situación del exgerente quien pasó 33 meses en la Cárcel Modelo de Bogotá sindicado de un hecho en el que no participó y del que fue declarado "inocente de toda responsabilidad".
Entre lo más curioso de lo sucedido a Zabala Jaimes es que después de más de 26 años de sucedido su caso no le han pagado un centavo de indemnización pese a que la Corte Suprema de Justicia sentenció que debía ser sujeto de ella por la injusticia cometida. ¿La razón? La lentitud del aparato judicial que, incluso, le ha extraviado el monto a indemnizar pues la documentación que lo sustentaba la cantidad se extravió cuando la remitieron de Valledupar a una entidad y terminó refundida nada más ni nada menos que en los archivos de la Corte Constitucional en donde nunca se halló el original.