Como si tuviese vida propia y quisiese escapar a su destino de develar, revelar e informar sobre las pruebas existentes del gobierno norteamericano en contra el señor Jesús Santrich, el oficio o carta misteriosa, como la llamaremos, aparece en Panamá, retozando desorientada en anaqueles de documentos similares.
¿Cómo se extravió?, ¿acaso el mismo Hades juguetón la embolató adrede?, ¿no se supone que los correos oficiales son seguros y deben tener protocolos de protección?, ¿dónde apareció el truco de magia? La JEP señaló en su momento que el trámite lo surtió con el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de Justicia,"este último remitió a la Embajada de Estados Unidos la respectiva carta rogatoria, el 10 de diciembre de 2018".
Pues bien, la ministra, quien se observa muy despistada y poco segura en su cargo, y quien debió apersonarse de la situación pues era un asunto de interés nacional, bobalicona y estúpidamente solo atina a decir que fue enviada a los EE. UU. al Departamento de Justicia y que por un problema de la empresa de mensajería 4-72 no llegó. Al 30 de enero la misiva estaba en Panamá sin llegar a su destino, no obstante que el documento fijaba unos plazos para obtener la importante respuesta y tomar una decisión frente a la extradición.
¿Qué decisión deberá tomar la JEP?, ¿ampliar los términos?, ¿asegurarse de que la misiva sea recibida y esperar la respuesta?, ¿considerar surtido el trámite y resolver?, ¿a quién beneficia esta situación? La defensa dice que la notificación se surtió a través de la embajada, por lo que no habría lugar a esperar ninguna respuesta, lo que no es correcto, pues no era la autoridad a resolver. Las artimañas, argucias, fraudulencias y engaños son herramientas e instrumentos que se usan en nuestros procesos de justicia, permeada por la ilicitud y la malicia.
¡Qué pena, señora ministra de Justicia, pero era usted la encargada de haber hecho llegar el libelo a su destino, de diseñar una estrategia, un seguimiento cuidadoso y diligente hasta haberse asegurado de su entrega y recibo! ¡Usted sabía lo que estaba en juego, no se trataba de una cartica de amor precisamente, su desidia y poco interés en este asunto es manifiesto!