20 exministros y exviceministros de salud, responsables en buena medida del estado crítico de nuestro sistema de salud pública, suscribieron una carta de rechazo a su reforma.
Estos exfuncionarios dicen, por ejemplo, que con la reforma desaparecerá toda forma de participación ciudadana, como si hoy la hubiera. Esconden que la reforma crea un Consejo Nacional y Consejos Territoriales para que la sociedad pueda expresarse en torno a los servicios y ejercer la vigilancia y control del sistema. ¿Podrá haber una mejor forma de participación ciudadana?
Pero dicen también que las EPS serán reemplazadas por múltiples agentes ‘estatales’, lo que dará lugar a que cunda la corrupción en el manejo del sistema. ¿Será que desconocen que estando en manos de múltiples agentes ‘privados’ han sido billonarias las sumas que se han perdido? ¿Cuántas han sido las quiebras hacia adentro que se han producido y las clínicas y hospitales al borde del cierre? Parece que desconocieran que sus deudas con las IPS, que son el conjunto de hospitales y clínicas verdaderamente prestadoras del servicio a los pacientes, sobrepasan los 23 billones de pesos, y desconocer también sus prácticas de sobrefacturación, el desvío de incontables recursos para construir clínicas y hospitales que finalmente quedan en propiedad de las mismas EPS y con las cuales ejecutan inaceptables procesos de integración vertical sin que sobre ellos opere ninguna fiscalización.
Lo que sí hace la reforma, y es lo que realmente les disgusta, es que es quiten a las EPS los 81 billones que manejan sin Dios ni ley, así queden investidas de facultades de auditoría para que eviten lo que dicen temer.
Es de anotar que las IPS ya no tendrán que esperar que las EPS les paguen, al cabo de las quinientas, los servicios prestados y que la red actual de hospitales y clínicas se verá fortalecida con la creación de la Red Primaria de Atención, desde la cual se activará el sistema preventivo de salud y, de ser necesario, la remisión de los paciente a los organismos de alta complejidad que conformarán el sistema.
Se quejan también los exministros de que la reforma acaba con el sistema de aseguramiento que las EPS ofrecen. Lo cierto es que las EPS nunca han funcionado como empresas de aseguramiento, como lo demuestra el que no cuentan con reservas técnicas, ni tienen tras de sí un sistema de reaseguros, como sí lo tienen las verdaderas aseguradoras.
Quedan pendientes otras críticas de estos cínicos exfuncionarios, pero de ellas dio cabal cuenta la también exministra Carolina Corcho en el podcast Palabras Mayores, en el cual sobreabundan las respuestas a su carta. Vale la pena consultarlo.
