La persecución contra los albinos en Africa es comparable a la cacería de animales. Gracias a la creencia de que poseen poderes especiales por ser demonios, hechiceros o fantasmas suelen ser descuartizados pues sus dedos, manos, brazos, lenguas, genitales, piernas y demás partes del cuerpo se comercializan en el mercado a cambio de grandes sumas de dinero. Según las creencias populares, en vida los albinos son personas malditas por lo que hay que repudiarlos pero una vez muertos, sus cuerpos son poderoso talismanes capaces de vencer a la muerte, por eso las partes de albino brindan buena suerte y también se emplean en la elaboración de conjuros o pócimas.
Como se cree que tener un albino en la familia es una maldición, suelen ser aislados socialmente y se casan entre sí, lo que aumenta la posibilidad de heredar el gen. Aunque el drama de quienes carecen de melanina en la piel se extiende por cerca de una docena de países al oriente del continente, desde Kenia hasta Sudáfrica, es en Tanzania dónde la situación se vuelve crítica pues los ataques son más sangrientos y frecuentes. En los últimos tres años más de 70 albinos fueron asesinados en brutales circunstancias, generalmente a machetazos, por motivo del dinero que representan sus partes (Se calcula que un cuerpo entero puede dejar ganancias de hasta $75.000 dólares, es decir casi 200 millones de pesos colombianos) teniendo en cuenta que Tanzania es un país donde el ingreso per cápita anual es de $442 dólares. Los que sobreviven quedan mutilados. Es tal la situación que el gobierno abrió escuelas especiales para proteger a niños albinos y está desarrollando campañas para educar sobre la condición albina.
No obstante, al llegar a la adultez nadie les protege y se encuentran en permanente riesgo de ser cazados como animales. Luego de haber crecido recluidos en lugares especiales, apartados de la sociedad o en algunos casos, abandonados por sus familias, los albinos salen a enfrentarse a un panorama en donde la gente les observa como si no fueran seres humanos. Por si fuera poco, si no son asesinados o mutilados, la mayoría desarrollan diferentes tipos de cáncer de piel pues al carecer de melanina sus pieles son más sensibles al inclemente sol africano. Se estima que gracias a ello el 60% pierde la visión antes de los 18 años, y el mismo porcentaje tiende a desarrollar algún cáncer antes de los 30. Igualmente se cree que la cantidad de asesinatos es superior a la denunciada, pues en muchos casos se realizan con la complicidad de las familias. Desde los años 80, se cree que 3000 albinos han podido morir por causa de estos crímenes, casi siempre con lanzas y machetes.
El gobierno de Tanzania busca educar a la población y promover los derechos de los albinos. Aquí una estatua de dos padres cuidando a un hijo albino.
Actualmente las penas para crímenes contra albinos se han endurecido. No fue sino hasta 2009 que el gobierno de Tanzania realizó la primera condena por asesinar a un albino. Tres hombres asesinaron a un joven de 14 años, lo descuartizaron y vendieron sus partes para hacer medicinas. El tribunal les condenó a la pena de muerte en la horca. Sin embargo, desde entonces son más comunes las mutilaciones para evitar cargos por asesinato. En ese caso el responsable enfrentaría una pena de 5 a 8 años por lesiones corporales graves.
Tanzania es el país con mayor cantidad de albinos en África, se estima que tiene en promedio un albino entre 1429 nacimientos con un total de 270.000 aproximadamente. El albinismo es una condición genética hereditaria muy rara y a nivel mundial aproximadamente a una persona entre 20.000. Aunque es muy rara en occidente en África subsahariana es muy común debido a la consanguinidad. Dos padres no albinos pueden tener el gen del albinismo y pasarlo a un hijo, no es específico en ninguna raza o grupo étnico pues se puede dar en cualquiera y según las estadísticas, el 50% de los albinos en África tienen algún pariente con su misma condición. No obstante diversas teorías científicas plantean que Tanzania y África Oriental podrían ser la cuna del albinismo. En todo caso no hay mucha información en África sobre las causas reales de este fenómeno, razón por la cual se cree que es contagioso y predomina la superstición.
