Colombia tenían su Alcatraz, como aquella inexpugnable cárcel norteamericana, llamada Gorgona, localizada en el Pacifico colombiano. Era una isla a varias horas en barco de tierra firme a donde se enviaban a los más peligrosos delincuentes: asesinos, violadores, puñaleros. Allí llegaban y casi ninguno regresaba.
En 1984 el presidente Belisario Betancur ordenó cerrar la cárcel por las inhumanas condiciones de reclusión y las edificaciones se las comió la manigua. La rabia frente a la iniciativa del Perdón social revivió la idea de Gorgona como solución. Así lo propuso el candidato Luis Pérez: