El colombiano estuvo muy cerca de estar en la final de la Champions. Estuvo en el túnel que da al campo de juego pero después ni siquiera estuvo dentro de los suplentes por las decisión de Zidane, el entrenador que cada día pareciera le tuviera envidia al colombiano.
¿Si no lo ponen a jugar para qué lo tienen en el equipo? ¿Por qué no lo venden? ¿O es que acaso el Real Madrid es el ocaso de muchos buenos jugadores?
Lo primero que tenemos que desearle a nuestro ídolo es que lo compre un equipo que le dé amor, que lo mime. Ojalá sea el Bayern, ojalá sea el Inter, o hasta el mismo Juventus ojalá vuelva a ser la figura que es. Y ojalá que el próximo año enfrente al Madrid y lo elimine con sus goles y le grite en la cara a Zidane todo el sufrimiento injusto que ha tenido que pasar en los últimos meses.