Está claro que los alcaldes y gobernadores le siguen más la cuerda a Claudia que a Duque. Es indudable que tiene don de mando y que es más creíble para la gente que el propio presidente. En la entrevista que le dio a Yamid Amat hace una semana quedaba claro que la estrategia de ella es alargar la cuarentena lo más que se pueda. Y se salió con la suya. Mientras el presidente hablaba de un aislamiento inteligente, Claudia atacaba con todo y mostraba sus mejores argumentos para decir que, sin salud no podríamos hablar de economía.
Si, nos imaginamos a Claudia hablándole durísimo al presidente, recordándole todo el tiempo que, si se levantaba la cuarentena y los hospitales se reventaban de gente y si una señora caía en un centro comercial, el presidente podría caer. Además nadie, ningún gobernante local, quiere cargar con una emergencia de salud en su gestión.
Claudia nos salvó de los empresarios, su palabra pesa más en este momento que algún cacao, eso, eso ya es un avance. No importa que suene a regaño, Claudia tiene la capacidad de liderazgo de la que carece Duque. Es una vergüenza que los uribistas hayan puesto de tendencia que Noticias Uno son los mandaderos de Claudia. La alcaldesa alertó, por ejemplo, que la curva no se estaba aplanando, que apenas habían 25 mil pruebas para todo el país cuando sólo en Bogotá, como mínimo, se necesitan el doble, 50 mil. Con esas pruebas es un peligro sacar a la gente a la calle.
Y pensar que hay uribistas que proponen aplausos tan campantes al presidente que porque está haciendo las cosas bien. Los 1.500 casos es un subregistro escandaloso. Miren que a mí en lo particular no me gustaba Claudia pero terminó salvando a mucha gente. Hablar de aislamiento inteligente, y no de cuarentena obligatoria, es lo único inteligente que se puede hacer ante algo tan enigmático como sigue siendo el COVID 19
