En los campos del Eje Cafetero colombiano, la caña gorobeta es un pilar fundamental tanto para la industria de licores como para las comunidades campesinas.
Nota publicada originalmente en: Más Colombia
Esta variedad de caña de azúcar, de tallo irregular, no solo es esencial para la producción de licores emblemáticos como el Aguardiente Amarillo y el Viche, sino que también se transforma en panela, endulzante utilizado en tradicionales bebidas como la aguapanela y el café con panela, arraigándose en las costumbres cotidianas de las regiones de Colombia, así como en diversos países de Latinoamérica y el Caribe.
Qué es la caña gorobeta
La caña gorobeta, conocida también como caña de tierra fría en Caldas, es un tipo de caña de azúcar con un tallo irregular que ha sido de gran importancia en Colombia. Esta variedad de caña es la fuente de jugo utilizada para la elaboración del Aguardiente Amarillo y el Viche, licores emblemáticos del país.
La caña gorobeta no solo es esencial para la industria de licores, sino que también ha sido una aliada fundamental para los campesinos en la región del Eje Cafetero.
Se convierte en panela, endulzante utilizado en bebidas como la aguapanela y el café con panela, conocido como chaqueta en la región.
Además, la panela se emplea en la preparación de dulces y postres tradicionales, contribuyendo a la nutrición y calorías necesarias para animales de carga como bueyes y bestias.
La versatilidad de la caña gorobeta se extiende a los ciclistas colombianos, quienes consumen panela durante sus desafíos en las montañas europeas, aprovechando su energía y aporte calórico.
La caña gorobeta se convierte así en un elemento distintivo y esencial en la cultura y tradiciones del Eje Cafetero, demostrando su importancia histórica y su presencia en diversos aspectos de la vida cotidiana.
El Aguardiente Amarillo: la bebida artesanal que traspasó los siglos, las concepciones y las fronteras
El Aguardiente Amarillo, una de las bebidas alcohólicas más emblemáticas de Colombia, destaca no solo por su antigüedad en la producción nacional de licores, sino también por su inconfundible color y sabor característico.
El origen de este producto, icónico de la Industria Licorera de Caldas (ILC), se remonta a 1885, cuando la empresa adquirió la fórmula secreta a Camilo Jiménez, un campesino de Manzanares (Caldas) conocido por vender la llamativa bebida en barriles transportados por una mula.
La receta de este aguardiente combina caña gorobeta, anís del cerro Guadalupe y agua pura del nacimiento del Río Santo Domingo, brindándole un sabor fresco y aromático que lo distingue como el pionero de los aguardientes.
Sin embargo, el aguardiente amarillo de Manzanares no siempre gozó del prestigio con el que hoy los colombianos nos referimos a él.
Según el portal Échele Cabeza, un medio de comunicación especializado en investigación y difusión sobre las sustancia psicoactivas, el Aguardiente Amarillo era considerado como un licor sucio, en contraposición del aguardiente Cristalino, muy consumido por las élites de la zona, relata el portal.
De esta forma, el aguardiente tomaba su color ámbar debido a su elaboración artesanal con básicos alambiques utilizados para su destilación, relata la investigación publicada por el portal, el cual asegura que es producto de un trabajo de campo de varios años.
En la actualidad, el característico color amarillo se debe a que la tonalidad convirtió a este aguardiente en una bebida emblemática, así lo explica el ILC.
Actualmente, el Aguardiente Amarillo de Manzanares llega a Honduras y a Ecuador, con proyecciones de alcanzar el mercado de España, Estados Unidos y algunos países latinoamericanos.
Viche, sabor del Pacífico
El viche es una destilación del jugo fermentado de la caña gorobeta de azúcar, elaborado artesanalmente por las comunidades negras del Pacífico colombiano.
Este destilado, históricamente custodiado por mujeres, se utiliza como base para una variedad de licores medicinales y afrodisíacos, propios de la cultura de la zona.
El término “viche” refleja su origen único, que proviene del castellano colombiano y significa inmaduro, verde o crudo, haciendo referencia a los frutos o plantas. Esta palabra tiene sus raíces en los idiomas bantúes del centro y sur de África, llegando a la costa Caribe con los esclavos africanos durante la colonización.
El viche ha enfrentado desafíos legales, incluyendo un monopolio rentístico que mantuvo los destilados artesanales en la clandestinidad. Sin embargo, la Ley del Viche, sancionada en noviembre de 2021, reconoce al viche como patrimonio cultural de Colombia y producto exclusivo de estas comunidades y territorios.
El sabor del viche refleja su origen en territorios de ríos, humedales y mar, con caña que crece en la selva. Cada viche es único, con dulzor y frescura de la caña verde, evocando el bosque húmedo, la brisa del mar y el aire salino.
Además, el viche es comparable con licores de jugo de caña de otras regiones de Centro y Sudamérica.
La elaboración del viche incluye cortar la caña gorobeta fresca, prensar el jugo en un trapiche y fermentarlo con levaduras naturales. La destilación da como resultado un viche con un grado de alcohol entre 30% y 35%.
Además de su consumo, el viche puro se utiliza como base para licores medicinales y afrodisíacos, elaborados con frutas y plantas medicinales. Estos licores, como el viche curao, la tomaseca y el arrechón, tienen recetas específicas de cada familia productora.
En el Pacífico colombiano, el viche se utiliza en prácticas medicinales, como para calmar cólicos, aumentar la fertilidad y tratar mordeduras de serpientes. Las parteras lo emplean en su labor y, cuando nace un bebé, las familias celebran con un viche curao.
El viche forma parte integral de la vida de estas comunidades del pacífico y es sin duda un motivo de orgullo para la región.
También le puede interesar: Otras 8 producciones imperdibles de Studio Ghibli además de ‘El niño y la garza’