Hay dos tendencias claras en la última encuesta contratada por los medios más afines al Uribismo. La primera es el ascenso de Gustavo Petro que se está proyectando a ganar en primera vuelta y la otra es el descenso de Federico Gutiérrez que ya casi empata con la intención de voto de los candidatos de centro sumados (Rodolfo Hernández y Fajardo) y peligra incluso su paso a segunda vuelta, si es que la hubiera.
Esta debacle no hubiera sido posible sin la intervención del Uribismo que le ha metido alma vida y sombrero para que su candidato "Fico" fracase en estas elecciones.
El doctor Álvaro Uribe Vélez lleva más de 4 años haciéndole campaña a Gustavo Petro, desde el momento en que nombró como su sucesor a Iván Duque, un joven inexperto cuyas únicas virtudes eran su carisma, fidelidad absoluta a su jefe y habilidad con la pelota y el canto, el resultado era de esperarse, 4 años de despelote.
Hoy ponen al mismo impopular muchacho a que descaradamente le haga campaña a Federico Gutiérrez a pesar de que la constitución prohíbe expresamente la intervención en política de cualquier funcionario público, así sea presidente de la República.
A quién se le puede ocurrir semejante estrategia tan descabellada, es como si pusieran a promocionar un producto contra la caída del pelo a un calvo. Pero Duque no es el único "calvo" de esta campaña publicitaria, la revista Semana a cada rato le da pantalla al desprestigiado expresidente Andrés Pastrana, que ataca a Petro con calumnias.
Quién le va a creer a este tipo cuyo único legado fue entregarle un territorio del tamaño de Suiza a las FARC para montarse en la presidencia hace 24 años (¿se acuerdan del Caguán?). O qué decir del oscuro general Ajúa Zapateiro (implicado, entre otros, en la desaparición del padre de Juan Fernando Quintero), o Marbelle y su oscuro pasado junto a su difunto esposo aliado incondicional de narcotraficantes, todos estos personajes desvalorizados e impopulares que suplican y exigen que no voten por Petro.
Las abuelas decían "mijo, no muestre las ganas". La desesperación del uribismo por no perder el poder es más que evidente. Menosprecian la inteligencia de un pueblo cansado de tanta vagabundería. Eso de hacer la 21 con la pelota les sirvió hace un tiempo, pero ya es hora de cambiar los truquitos de ilusionismo.
Creyeron que la gente iba a comer cuento con la misma estrategia con que salieron victoriosos hace 4 años: infundir miedo por el cambio.
Decepciona el doctor Uribe, si alguna cualidad yo le reconocía, era su astucia de viejo zorro politiquero, no queda nada de aquel hombre que con sus estrategias tenía el poder de manipular a su antojo la opinión de la inmensa mayoría de colombianos.
Consejo para los padres y aplica también para los uribistas: si usted tiene una hija y no le gusta el novio con el que está saliendo, jamás se ponga en la tarea de hacerle ver los defectos o tratar de espantárselo haciéndole la guerra al muchacho, ¡error!, más se va a encacorrar con el tipo. Todo lo contrario, invítelo a la casa, hágase su amigo y verá cómo a su hija solita le pasa el encanto por su querido y en poco tiempo le termina. Los seres humanos tenemos una fascinación por llevar la contraria al que ostenta el poder, ya sea en la familia o en el Gobierno, y mucho más cuando no nos sentimos a gusto con el poderoso de turno.
