El Banco Caja Social de hoy no es exactamente lo que se concibió hace más de un siglo por el padre jesuita español José María Campoamor. Nació para enseñarles a ahorrar a los trabajadores de los chircales del entorno, vendedores ambulantes y trabajadoras del servicio doméstico, en una ciudad que ocho años después de finalizada la Guerra de los Mil Días, se encontraba atrasada y en un ambiente de miseria.
La situación ahora, aunque mejor, no ha cambiado en el sentido de que solo 4 de cada 10 colombianos destinan parte de sus ingresos al ahorro ante el impacto de la inflación y las tasas de interés que han afectado a los hogares. Juan Daniel Oviedo, exdirector del Dane y hoy concejal de Bogotá, indicó estos días por medio de sus redes sociales, que el ahorro bruto está en su nivel más bajo de los últimos 60 años, las empresas han reducido en casi la mitad su capacidad de ahorro en 2023, la más baja de la historia reciente.
En su momento, el Padre Campoamor con el propósito de atenuar la situación y buscar el mejoramiento de las condiciones de vida de los pobres, creó el Círculo de Obreros de San Francisco Javier, que muy pronto fue complementada con la Sección de Obreras, o "Las Marías", inicialmente una escuela para niñas, que derivó en la mano de obra femenina que requería el Círculo de Obreros.
Con el objetivo de incentivar la práctica del ahorro para facilitar el acceso a crédito de los sectores populares de estratos medios y bajos, el sacerdote Campoamor aprovechó la experiencia española de Cajas de Ahorros y fundó la Caja Social, cuyo funcionamiento en sus primeros años estuvo a cargo de “Las Marías”, eran ellas quienes desempeñaban las funciones contables y de caja dentro de la sección de ahorros. El dinero provenía de los socios activos (obreros y obreras) y recursos de socios protectores (señores y señoras ricos e influyentes de la sociedad), nunca hubo aporte de la Compañía de Jesús cuyos miembros son conocidos como jesuitas.
Al fallecimiento del Padre Campoamor en 1946, el círculo de obreros pasó a manos del Padre José María Posada, bajo cuya dirección la Obra fue todo un éxito financiero, y se expandió fuera de la capital, fundó la nueva casa de Medellín y comenzó en Manizales el barrio Campoamor para obreros. En términos generales se mantuvo la estrategia de fomentar el ahorro y llevar servicios claves a sectores excluidos de la población.
Entran los laicos a la dirección y se crea Colmena con carácter de lucro
La etapa de modernización y reorientación de la organización que se dio en 1972 cuando el sacerdote antioqueño Adán Londoño asumió la presidencia del Círculo de Obreros, y vio la necesidad de ajustarse a un contexto económico, social y político cambiante, por lo que decide echar mano de profesionales laicos para el manejo de la obra proponiendo un enfoque técnico, para lo cual consigue la colaboración de las cajas de ahorro españolas.
La razón social por la de Caja Social de Ahorros se cambió aprovechando la creación por parte del gobierno de las Corporaciones de Ahorro y Vivienda, y en junio de 1973, funda con financiación de la Caja Social de Ahorros y del Círculo de Obreros una nueva entidad, Colmena, independiente y con carácter lucrativo.
Los cambios que tuvo la llegada de las ideas modernizantes y empresariales del jesuita Londoño no estuvo exenta de desacuerdos con la Compañía de Jesús. Unas discusiones que se prolongaron por tres años 1981-1984, y que al final dieron como resultado un cambio en los estatutos de gobierno con mayor autonomía, liquidación del círculo de obreros y la creación de la Fundación Social, donde la Compañía de Jesús intervenía con un director social y un consejo social, que se encargaba de vigilar que los rendimientos fueran invertidos en obras sociales que transformaran la vida de los pobres.
A finales de siglo, la Congregación de Provenzales de los jesuitas en Roma, decidió en 1995 que la comunidad se debería poner al servicio de los laicos y delegar un mayor número de responsabilidades, lo que llevó a impulsar un cambio de estatutos que le entregó la dirección social y el consejo social a los laicos.
Nuevamente la Caja Social de Ahorros cambia de nombre a Banco Caja Social – BCS, una organización sin fines de lucro orientada a la pequeña empresa y a las personas de bajos recursos cuya misión era “trabajar por la superación de las causas estructurales de pobreza en Colombia”.
Al principio de siglo se retiran los jesuitas
En 2003, la Compañía de Jesús decidió que su ciclo de intervención en la Fundación Social había terminado del todo y entregó el manejo completo a manos de laicos. Se acabó la orientación social de la Compañía de Jesús, y el control que realizaron durante todos estos años para que los ahorros de los pobres y sus rendimientos fueran usados en obras sociales para su beneficios. Aunque dentro de la misión del Banco Caja Social se mantiene el ser fiel al legado de Fundación Grupo Social, reiterando su compromiso y su vocación de servir a los mercados populares.
El Banco Caja Social y Colmena se fusionarían en 2005 aprovechando complementos con una estrategia hacia el crédito micro-empresarial y presencia importante en lo hipotecario y de consumo, sobre todo en los estratos medios hacia abajo. El nuevo Banco Caja Social, quedó con una participación mayoritaria de la Fundación Social (55.11 %), una organización no gubernamental, que no tiene dueño, ni controlante, y cuyo único dueño del patrimonio es su finalidad, de beneficencia pública, de utilidad común o de interés social. Para dar cumplimiento a esta finalidad, cuenta con dos Consejos, el Consejo Social y el Consejo Directivos, ambos conformados de manera independiente.
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