Los hinchas del América no lo podían creer. Un técnico de élite internacional, un hombre acostumbrado a dirigir selecciones en mundiales, que se dio el lujo de ganarle a la Alemania campeona del mundo de Joaquim Low en el mundial de Rusia, sería el hombre que reemplazaría al injustamente criticado Juan Cruz Real. Tulio Gómez haría un esfuerzo enorme por traerlo y pagar lo que gana. Osorio es un técnico tan cotizado que antes de regresar a Colombia, en el 2019, estuvo al frente de la selección de Paraguay a la que renunció porque estaba convencido de que sería el nuevo timonel nacional.
Recayó en el América con su consabida rotación y los resultados, hasta el momento, han sido desalentadores. América perdió 2-3 contra Santa Fe, en una nueva muestra de que al risaraldense se le está acabando el crédito que tenía. Los cuestionamientos de la hinchada y del periodismo no se han hecho esperar. Son tan voraces que algunos incluso se atreven a hablar de un probable caso de alcoholismo que estuviera padeciendo el entrenador.
El punto es que la hinchada no lo puede ni ver y su gesto después del partido fue francamente lamentable: