Los últimos meses han sido para el olvido para el abogado pastuso Mario Burgos, quien hasta hace poco era uno de los fiscales con más renombre de todo el país. Llegó a la Fiscalía General de la Nación apenas hace una década, en 2014, y desde entonces supo hacerse camino hasta ser una superestrella dentro de la entidad, llegando a gozar de la entera confianza del ya exfiscal general Francisco Barbosa.
Esa escalada le permitió ser asignado en varios casos de relevancia nacional. El primero por el que se le recuerda es el de Sergio Urrego, el joven que se suicidó en 2014 tras haber sido víctima de acoso en su colegio por su orientación sexual. Gracias a su labor, la rectora del Gimnasio Castillo Campestre fue hallada culpable de los delitos de falsa denuncia y ocultamiento, alteración o destrucción de material probatorio y terminó con una condena de ocho años y ocho meses de prisión.
El ascenso del nariñense
Sin embargo, hay tres casos que terminaron marcando definitivamente su carrera en la Fiscalía. El primero de ellos fue el de Jhonier Leal, quien fue condenado a más de 55 años de prisión por el homicidio de su madre y de su hermano, Mauricio Leal; el segundo es el del fiscal paraguayo asesinado en una playa de Cartagena, Marcelo Pecci, caso que aún no se ha esclarecido del todo y luego está el tercero, quizá el más importante, puesto que es el que involucra al hijo mayor del presidente Gustavo Petro, Nicolás, quien es acusado de delitos como lavado de activos y enriquecimiento ilícito. Ninguno de los tres terminó bien para Burgos.
En el caso del de Leal, recientemente saltó una polémica con ese tema al salir a la luz un video en el que se ve al estilista asegurando que había asesinado a su madre y que luego se había autolesionado, pero Burgos aseguró nunca haber tenido acceso a eso. En el de Pecci acaba de ser removido a pesar de haber avanzado bastante y fue reemplazado por Juan Pablo Fajardo.
Finalmente, el de Nicolás Petro lo dejó con una investigación en la Comisión Nacional de Disciplina Judicial por haber permitido que se filtraran videos del proceso en medios de comunicación y por haber presionado al acusado durante su interrogatorio para que declarara contra su familia. Estas faltas gravísimas llevaron a que fuera apartado y dieron comienzo a su caída.
Además, por si fuera poco, terminó perdiendo su puesto en la Fiscalía delegada para la seguridad territorial y fue enviado a la Dirección Especializada para los Delitos contra los Recursos Naturales y Medio Ambiente. De hecho, eso fue lo que determinó su salida del caso de Pecci.