Nació con el nombre de Ángel Mario Ponce Camacho en el pueblo de Pilas, en Sevilla, el 18 de enero de 1991. Desde siempre se sintió viviendo en un cuerpo extraño que no correspondía con y sus deseos. Aunque no recuerda haber sido golpeada por sus compañeros, si sentía el ala fría de los desplantes. Nunca la invitaban a fiesta y siempre se burlaban de su reticencia a jugar los juegos de los muchachos. Entonces nunca se ensució en los potreros donde los muchachos soñaban con ser como Ronaldo o Zidane, sino que se imaginaba diseñando los vestidos que ella misma modelaría sobre una pasarela.
Sus papás nunca le dijeron nada por ser gay. No tenían estudios universitarios ni eran sofisticados pero el amor les alcanzaba para entender. A los 10 años ya modelaba en las pasarelas de Andalucía. A los 13 años, después de ver un documental, su corazón se insufló de esperanza. Podía corregir a la misma naturaleza. Podía ser mujer. Decidió con todo a transformarse en mujer. Tres años después se pegó a un riguroso tratamiento hormonal y fue cambiando. La voz, el pelo, la piel. Ahora, cuando se ha convertido en una estrella mundial, lo puede decir que se le tiemble la voz: "Siempre digo: tener una vagina no me transformó en una mujer. Soy una mujer, ya antes de nacer, porque mi identidad está aquí (en la cabeza)". A los 20 años se hizo la última operación y se liberó de la carga de ser hombre.
Pero no quería ser una modelo cualquiera, de esas a las que no se le caen una sola idea. Estudió informática y fue profesora de kínder. En el 2010, a los 19 años, se mudó a Madrid iniciando una carrera como modelo que terminaría dándole la corona de Miss Cadiz en el 2015. Un año después intentó participar en Miss España Mundo pero los organizadores vetaron su participación aludiendo el argumento que la tenía harta: No había nacido mujer y a la naturaleza nadie la puede corregir En el 2017 supo que Miss Universo sí aceptaba transgeneros desde el 2013 después de que la reina canadiense Jenna Talackova fuera expulsada del concurso por su condición sexual. El movimiento de protesta de varias ONG le allanó el camino, pero no faltaron las ofensas como la de la señorita Colombia, Valeria Morales, que no titubeó a la hora de afirmar: "El reinado de belleza es para mujeres que nacemos mujeres y creo que para ella también sería una desventaja, entonces por eso hay que respetar la idea, pero no compartirla"
Ni la señorita Colombia Valeria Morales, ni Ángela ganaron, salieron eliminadas en primera ronda. En las redes sociales, al principio, la matonearon como su época de estudiante. Se quejaban de su falta de curvas y se burlaron a más no poder de su desflie en traje de baño. No le importó. Si Miss Universo volvió a tener algún tipo de atractivo fue gracias a su presencia arrolladora que robo los aplausos para consagrarse como la reina sin corona.