Cuando Andre Bauth apuñaló a su compañero Clayton Haymes, hubo quienes pensaron que se trataba de una estrategia publicitaria. Tanto el colombiano como su compañero acababan de filmar El Landlord, una película donde ocurría lo mismo. La cinta estaba próxima a estrenarse. Contaba la historia de un inmigrante latino que llegó de ilegal a Los Ángeles, empieza a arrendar habitaciones y luego termina asesinando uno por uno a sus inquilinos. La similitud entre el guion de la película y los hechos reales hizo pensar a una corte que se trató de una acción premeditada por parte del actor bumangués. Si el próximo 22 de marzo un juez ratifica la decisión, Andre Bauth tendría que pagar 13 años de cárcel y su carrera como actor, que ya le había dado un Emmy, podría llegar a su fin.
La historia de Andrés comenzó en el año 2000. Tenía 20 años e iba en tercer semestre de derecho en la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Era el nerdo de la facultad. Estaba parcialmente becado por sus altas calificaciones. Usaba gafas, sufría de acné y llevaba brackets. Sin embargo, algo no lo hacía sentir bien con la carrera que escogió. Su padre le dijo que no lo veía litigando en los tribunales sino actuando. El joven, que no se sentía cómodo con la vida que llevaba, no entendió el porqué de ese comentario pero sin pensarlo dos veces decidió hacer caso al consejo. Empacó maletas, canceló el semestre y emprendió su camino hacia la capital.
Una vez en Bogotá las cosas no fueron fáciles. Sus primeras apariciones en televisión fueron como extra en Padres e hijos. Fue en uno de esos papeles donde conoció al actor Luis Fernando Salas, quien lo motivó a buscar academias para estudiar actuación. Así llegó a la academia de Julio César Luna, donde estuvo becado casi dos años. También se preparó con actores como Jorge Cao y la fallecida María Eugenia Dávila. El estudio dio sus frutos. Llegaron papeles cortos en unitarios como Siguiendo el rastro y Expedientes. Además montó su propia compañía de teatro y recorrió algunas ciudades con las obras que producía. El trabajo tampoco le hacía falta porque siempre había algo que hacer. Cuando no actuaba se dedicaba a meserear en los bares de la T.
Aun así, Andrés no alcanzaba su sueño. En los castings para novelas nacionales la rosca del medio no lo dejaba avanzar. Fueron seis años los que estuvo en Bogotá estudiando y rebuscándose esperando su gran oportunidad en tv. Durante todo ese tiempo no hubo un solo manager que lo recibiera, lo cual aniquilaba sus posibilidades de conseguir algún papel importante.
La falta de oportunidades lo forzó a mirar hacia el norte. El actor, que nunca había salido del país, la tenía clara. Empezando el 2006 se fue a Miami con visa de turista y 100 dólares en el bolsillo. Las primeras tres noches las pasó durmiendo en la playa. Aterrizó en la ciudad del sol porque no le alcanzó para llegar a Los Ángeles. Llegó con el contacto de una manager que tras una primera cita lo fichó en su book. Ahí mismo empezó a presentar audiciones y al poco tiempo llegó el primer comercial. Luego una novela para televisa. Fue con la plata de esos primeros trabajos que pudo llegar hasta la meca del cine en la otra costa de Estados Unidos.
En Los Ángeles, se cambió el nombre. Buscaba algo más comercial. Desde que puso un pie allí se hizo llamar Andre Bauth. Al bumangués se le hizo más fácil abrirse camino en Estados Unidos que en Bogotá. Después de todo, en Hollywood no había rosca y los miles de aspirantes a estrella que se luchan un papel solo cuentan con su talento como única arma. Los seis años estudiando en Colombia dieron frutos. Tras un año en Los Ángeles, Andre Bauth logró 3 comerciales, 5 películas independientes y el piloto de una serie.
Los éxitos le llovieron solos. Para el año 2009 ya había ganado su primer premio como mejor actor en un festival de cine independiente. Obtuvo tres nominaciones en otros. En 2012 ganó como mejor actor en The Indie Fest pero la cumbre de su éxito le llegó en 2015 con el Emmy. Lo ganó por The Bay, una serie web en la que fue productor. Desde entonces se obsesionó con el Oscar. El máximo galardón de la industria del cine se le metió entre ceja y ceja.
Además, en Los Ángeles fue pionero apoyando a otros actores que iban hasta allá buscando su sueño. Allá montó su academia en donde además de dar clases también servía como inquilinato. La idea era que los aspirantes a actores estudiaran en el mismo sitio donde vivían. Creía que era más fácil alcanzar el gran sueño en equipo y no de forma individual. Bautista estaba formando una comunidad de soñadores como él. Eran 117 inquilinos, que en su mayoría eran jóvenes estadounidenses provenientes de otras partes del país.
Uno de ellos fue Clayton Haymes, que se convirtió en uno de los mejores amigos del colombiano. Todo iba bien hasta que una noche los tragos les jugaron una mala pasada. Según reportan los medios, tras una acalorada discusión Clayton terminó apuñalado en el pecho. Al parecer se burló del sueño del bumangués quien aseguró que iba a ganar 5 oscares, y este no midió las consecuencias de sus actos. Mientras Clayton estaba en una clínica y sobrevivió al ataque, Andrés manejó por cuatro días hasta México. Allá se entregó en la embajada de Estados Unidos convencido que no tenía razones para ser prófugo, de que todo sería un mal rato y de que podría retomar su carrera muy pronto.
Las cosas no serán fáciles. El actor ya fue declarado culpable en primera instancia. Si un juez ratifica la decisión tendrá que pagar 13 años de cárcel. Los fiscales acusan a Andre Bauth de intento de asesinato premeditado. Paradójicamente la principal prueba en su contra es el guion de El Landlord, que fue escrito por él mismo inspirado en hechos reales. Ahí su personaje hace con sus inquilinos lo mismo que intentó hacer con Clayton. Inclusive, hay una escena donde lo está ahogando. El final de esta historia se sabrá el próximo 22 de marzo.