Jorge Eliécer Gaitán tumbó los primeros pines de ésta bolera. Apellidos como Santos y Pacheco figuraron en las planillas de la líneas de juego mientras entre moñonas, estos personajes discutían los problemas del país. Bolos San Francisco nació en 1941 y fue la primera bolera pública en Colombia y la más grande de Suramérica. Sus seis pistas sobrevivieron a las manifestaciones del Bogotazo y después de 9 meses de recuperación este mes reabrió sus puertas.
Ahora éste ícono de Bogotá se reinventa con música electrónica. De las seis pistas funcionan tres y las demás se han convertido en una barra del bar y restaurante, el resto es espacio de la rumba. Del techo cuelgan bombillos gigantes y sus estructuras metálicas se asemejan a las de una estación de tren antigua de Nueva York. Hay sofás tapizados, mesas redondas y sillas plegables que se mandaron a hacer recordando las originales del lugar, tipo café. Aún se conserva la puerta original y las baldosas blancas y negras del piso.
Aquí no hay pistas electro magnetizadas, ni un sistema de recolección de bolos automático y mucho menos un tablero digital que suma los puntos por inercia. Aquí todavía existen los “chinomatic” al final de las pistas con toda energía para recogen pines y bolos. Los viernes a las 3pm comienza a llegar la clientela que por los zapatos y una línea de juego paga 6 mil pesos y en una rockola programa rancheras, vallenatos y rock en español.
La Bolera San Francisco como se llama hoy, está ubicada en la Avenida Jiménez con sexta, en el sótano de una casa antigua y abre sus puertas todos los días de 11:00 am - 3:00 am.