Desde su campaña a la alcaldía, Claudia López manifestó su intención de querer crear un gobierno de turno que se enfocara en el cuidado de la ciudadanía, dicha ciudadanía que vio en ella el cambio a una vida menos tormentosa en la capital colombiana.
No obstante, nada más alejado de la realidad. Lopéz ha demostrado en lo que lleva de mandato todo menos una idea de cuidado; recordemos que en inicios de la pandemia desalojó a cientos de familias en diferentes zonas de la ciudad, desalojos acompañados del personal de su alcaldía que parecen disfrutar sus terribles accciones subiendo selfies en redes sociales después de tan grotezcos actuares. Así mismo están acompañados de la maquinaria de guerra del momento, el Esmad y la Policía Nacional. Entidades que juró intervenir y cambiar, pero que ha terminado fortaleciendo y brindandoles impunidad absoluta.
El último de los atropellos a la ciudadanía se cometió el día de ayer en la localidad de Puente Aranda, en un predio propiedad de la Universidad de Cundinamarca donde habitaban cientos de recicladores. No bastó con usar la fuerza bruta del Esmad y la Policía sino que era necesario quemar las viviendas, incendio provodado por una granada aturdidora lanzada por algún miembro del Esmad. Esta situación la niegan las autoridades, ¿pero acaso cuándo se han dignado a aceptar las barbaridades que hacen?
Junto con lo que eran sus hogares, las personas perdieron sus pocos bienes materiales y sus animales de compañia; dejando claro, una vez más, que la Bogotá Cuidadora no es más que un eslogan de campaña de un lobo disfrazado de oveja que no teme recurrir a cualquier artimaña con el fin de lograr sus objetivos.
Con este panorma el mensaje es claro: de la Bogotá Cuidadora nadie se escapa de ser atropellado, violado, robado o asesinado.