Colombia ya sabe que él es un ser resentido y vengativo.
Ofendido por el repudio nacional expresado en el grito de “Fuera Petro”, salió corriendo a vengarse de la peor manera posible: comprometiendo en matrimonio a nuestra niña, Ecopetrol, con el tirano más cruel y despreciado.
—¡Patético!
Pero esta vez no va a poder hacerlo porque no vamos a permitírselo.
Se le olvida que Ecopetrol no es de él, de su propiedad privada, de su partido político. Ecopetrol es de todos los colombianos.
Por allá se fue a decirles a sus socios venezolanos, en la feria del libro de Caracas, que su autobiografía es verdad pero que la Constitución de Colombia es ficción.
—Eso es otra mentira suya.
En Colombia, porque todavía estamos a tiempo, la Constitución es verdadera y lo que está plagado de mentiras es su autobiografía, su propia vida.
Como ciudadanos libraremos todas las acciones constitucionales y legales y todas las movilizaciones que podamos para impedirle a Gustavo Petro salirse con la suya. Haremos todo para impedirle destruir la empresa más importante de los colombianos.
Gustavo Petro no puede, legalmente, asociar a Ecopetrol con la tiranía que protege y auspicia a todas las organizaciones ilegales de Colombia para que, desde su territorio, coordinen las acciones criminales contra nuestra democracia y contra nuestra sociedad.
Gustavo Petro no puede, legalmente, asociar a Ecopetrol con la tiranía que ha asesinado, apresado y torturado a sus opositores políticos. La tiranía que hoy está amenazado y atropellando a María Corina Machado y a su pueblo.
Gustavo Petro no puede, legalmente, asociar a Ecopetrol con la tiranía que es socia y cómplice del terrorismo asesino de Hamás.
Gustavo Petro no puede, legalmente, asociar a Ecopetrol con la tiranía que destruyó a Pdvsa
Gustavo Petro no puede, legalmente, asociar a Ecopetrol con la tiranía que destruyó a Pdvsa; una tiranía que la recibió produciendo tres millones de barriles diarios de petróleo y hoy la tiene en ruinas, después de haberla saqueado y después de haber despedido a más de veinte mil empleados.
Gustavo Petro no puede, legalmente, asociar a Ecopetrol con la empresa que hoy simboliza el caso de corrupción más grande de la Historia. No hay caso de corrupción, en el mundo, que se acerque, tan siquiera, a las cifras del saqueo a PDVSA y al petróleo venezolano. El caso de corrupción más grande de la historia de la humanidad es el del Socialismo del Siglo XXI.
Gustavo Petro no puede, legalmente, asociar a Ecopetrol con Pdvsa para ir a hacer en Venezuela lo que les prohibió a las empresas de exploración petrolera hacer en Colombia. Política, moral y legalmente es imposible sostener una incoherencia de esa magnitud.
Gustavo Petro no puede, legalmente, pasar por encima pisoteando los compromisos que Ecopetrol tiene firmados en distintos escenarios internacionales en materia de gobierno corporativo y de reglas de conducta éticas, para poder adelantar su actividad comercial en el mundo.
Gustavo Petro no puede, legalmente, seguir manejando a Ecopetrol con el gerente de su campaña presidencial investigada por todo tipo de delitos electorales.
La situación es muy grave. Cada día más grave para el país.
Gustavo Petro avanza en su estrategia de destrucción de nuestra democracia, de nuestra economía, de nuestra ubicación en el horizonte de las naciones democráticas del mundo.
-—A todas éstas, ¿dónde están los políticos? ¿dónde los partidos, los jefes de los partidos y los congresistas? ¿haciendo debates de oposición, como si esto fuera un mal gobierno así nomás?
Oigan bien, señores políticos: el grito del pueblo, el grito del que Gustavo Petro se quiere vengar, no es “Oposición a Petro” sino “Fuera Petro”. Oigan bien: “FUERA PETRO”.
En eso el pueblo no se equivoca. El pueblo sabe que Colombia no aguanta tres años más de Petro.
Imaginemos el desastre en que podría terminar nuestro país si no le hacemos el Juicio Político al presidente que sale a contarles a sus amigos dictadores que la Constitución de Colombia, que juró cumplir, es pura ficción.