"La penosa misión vengativa, de una persona bipolar, es enojarse y reírse de su mismo trastorno bipolar": JEPARDINI.
Asuntos como el exceso de alcohol, divorcio, gasto de dinero en exceso, insomnio, sentimientos, pasiones llenas de adrenalina exorbitante, conducta agresiva, irritabilidad, agitación y el hablar muy rápido llevan a que se presente en el ser humano una penosa bipolaridad.
Personajes genios desde lo largo y ancho de la historia como Virginia Woolf, Edvard Munch, Friedrich Nietzshe, reyes como Felipe V, su hijo Fernando VI, Pablo Picasso, Mel Gibson etc.., se cree que probablemente dejaron plasmada ya sea en sus escritos, inventos, experimentos y obras de arte, sus episodios de manía, y de depresión, acompañados de pensamientos suicidas bipolar o actitudes con signos depresivos con pérdida de apetito, abatimiento, melancolía y manía, en donde la manía y la depresión, unidas como un mismo mal, llevaría a la mente del enfermo por una vía alterna, en unos casos con desesperanza, desinterés o de placer en la mayoría de las labores que realiza, y en otros casos presentaría cambios llenos de euforia, energía, inventiva y creatividad.
Hay que tener en cuenta que dicho trastorno de la bipolaridad se presenta desde la etapa de la niñez, adolescencia y etapa adulta, sin embargo, aunque algunos seres humanos no prestaron atención, o ni se dieron cuenta de que padecían dicho trastorno de bipolaridad, otras, aunque fueron conscientes de padecer el trastorno, decidieron sumergirse en el río con su abrigo bipolar.
En la antigüedad las pasiones, los sentimientos, eran mal vistos y despreciados, una vez que el ser humano se gozaba con estos sentimientos, era llevado a un estado de melancolía, culpabilidad, porque se concebían como un desorden que daña el buen empleo de la razón, y que opacaba la gracia santificante de su espíritu.
En la Edad Media el acto de melancolía y de bipolaridad era visto como aquella guerra entre espíritus posesivos demoníacos y el ser humano, en donde aquel ser humano que lograra dominar la pereza, la negligencia, la flojedad, la angustia, los placeres y la tristeza se convertiría en persona santa por ser capaz de dominar las tentaciones y las pasiones.
En los inicios del siglo XXI aparece la maniacodepresión, que se reemplazaría por el actual trastorno bipolar que, en la era de la virtualidades del siglo XXI, siglo de gozos, adicciones, depresiones, inequidades económicas a nivel mundial, terrorismo, desempleo, violencia social, familiar, virus, pandemias por el covid, o por la nueva variante del delta, globalización, consumismo, interés por proteger el medioambiente, disminuir la contaminación presentada en alto grado, seguida de la desnutrición, muertes, abandonos etc..
Todas estas acciones habrían de multiplicar día a día el trastorno bipolar y llevar a que la conducta del ser humano se vaya por el camino de la patologización, o medicalización, aunque hayan personas que se sientan biológicamente sanas y otras no, que buscan posible solución ante los diferentes trastornos de conducta presentados en la humanidad.
¿Hasta qué grado se ha detenido a pensar, o se ha hecho revisar, su piedra de locura bipolar?