El animador, locutor y folclorista Jaime Pérez Parodi es para el vallenato lo que el aroma para una flor: un atractivo. Y es que el nombre, de buenas a primeras, puede no decirle mucho a una mayoría de colombianos, pero si se escarba un poco en su vida lo recordarán, entre otros aspectos, como el eterno presentador del hoy fallecido cantante Diomedes Díaz: “Y con ustedes la más grande figura del folclor vallenato, El Cacique de La Junta, Diomeeedeeesss Díííazzz!”.
Pero, es que los conocedores del folclor colombiano saben que Pérez Parodi es uno de los pesos pesados del vallenato pese a que no canta, ni compone o toca instrumento alguno. Aunque tiene una virtud que lo hace valer su peso en oro: tiene una memoria prodigiosa que lo lleva a recordar al detalle mucho de lo relacionado con esa música.
Es por esto que en esa música lo llaman La Biblia del vallenato, un apelativo que avala su sabiduría a la hora de hablar sobre la música de Francisco El Hombre.
Y es que Jaime Pérez habló con el periodista del programa Testigo Directo Héctor Sarasti. En el diálogo mostró esa sapiencia que sus amigos le reconocen y de la que hizo gala en esa variopinta entrevista: ¿Cuál era la virtud de Alejo Durán? Era un excelente cantante, un gran intérprete vocal, más que acordeonero, Alejo era un hombre que se limitaba a la melodía, no hacía introducciones, no hacía puentes, eran unas melodías agradables, sencillas, que le gustaban al público. ¿Jaime quién fue el pionero, de alguna manera, del vallenato a mediados de los 50? Bueno, Luis Enrique Martínez, hizo una revolución, ya él comenzó a crear introducciones, puentes, arreglos. Un ejemplo es que la mejor introducción del folclor se asume es la de la canción Jardín de Fundación, la introducción que identificó al maestro Luis Enrique Martínez que los acordeoneros comenzaron a hacer”.
¿Entre otros, qué juglares nacieron en Patillal, la tierra del folclor vallenato? Imagínate en Patillal nace Rafael Escalona Martínez, Fredy Molina Daza, nace Octavio de Jesús Daza Daza, nace el Chiche Maestre, José Hernández, Chema Guerra; es más se dice que el vallenato romántico nació en Patillal”.
¿Quién fue El Cantor de Fonseca?
Carlos Huertas… ¡qué señor compositor! Por ejemplo, para mí una de las mejores canciones del vallenato es Hermosos Tiempos.
¿Qué lo hizo grande a Diomedes Díaz? Diomedes, primero, fue un gran cantante y, segundo, un excelente compositor. Yo me atrevería a decir que fue mejor compositor que cantante, pero el cantante absorbió al compositor. Y es que nadie te habla de Diomedes como compositor, todos te hablan del cantante, pero se les olvida que 140 obras llevan la rúbrica autoral de Diomedes.
¿Quién fue Consuelo Araujo Noguera? uy, la Cacica, mi madrina musical, una mujer luchadora, sencilla, amable, que quiso el Festival Vallenato, después de sus hijos, decía ella, era el festival vallenato. Ella se metía a trabajar allí de 6 de la mañana y se iba para su casa a las 2 de la mañana, comía un sándwich, pero seguía trabajando, cuando todo estaba debidamente organizado.
¿Quién fue la vieja Sara? Uy, la madre de Emiliano Zuleta, el viejo; de Toño Salas, de Simón Salas, de Santa Salas, creo que fue la matrona, la abuela más querida que tuvo el folclor vallenato.
¿Quién era Octavio Daza? Octavio Daza fue el que cultivó ese vallenato romántico. Mira las canciones de Octavio: Mi nido de amor y Dime pajarito, esas canciones que hicieron famosos tanto al Binomio de Oro como a Jorge Oñate. Mi novia y mi pueblo, Fantasía de amor y El cansancio del poeta que brotaron de la gran inspiración del gran Octavio Daza. Es el tío de Lucas Dangond Daza, acordeonero de Silvestre; y del destacado Rey Vallenato, compositor y cantante, Jaime Dangond Daza.
¿Y quién fue Fredy Molina? Fredy era seguidor de la escuela de Tobías Enrique Pumarejo, quien revolucionó el vallenato, el mismo que se encontró con un acordeonero que lo supo interpretar como Alfredo Gutiérrez, de allí los éxitos de Fredy.
Oñate y La Biblia
Jaime Pérez Parodi fue muy cercano al recientemente fallecido Jorge Oñate. Por eso narró varias historias:
“Yo había estudiado con Oñate en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús aquí en Valledupar y con Fredy Molina, Entre otros. Todos muy buenos amigos.
“Un día cualquiera por allá en los setenta me dijo Oñate: ‘Oye tú por qué no trabajas conmigo. Eso sí tienes que irte a vivir a Valledupar'”, recuerda con rigor el reputado foclorista que para la época vivía en Bogotá y tenía un personaje fonomímico llamado Jimmy Randal. "Trabajé con Oñate por espacio de 11 años. Como animador y representante".
Jaime y El Cacique
Jaime contó cómo entró a trabajar con El Cacique de La Junta, Diomedes Díaz. “Un día por allá a mediados de los setenta estoy pintando una casa que acabábamos de adquirir en el barrio Sicarare de Valledupar. Estoy pintando y llegó Diomedes con su representante Joaco Guillén y me dijo: 'Compadre por qué no se cambia y nos vamos a hablar algo'".
Así Diomedes se puso a dar vueltas en un carro con Jaime: “Vamos a dar vueltas en el carro porque si nos sentamos en una heladería no podemos hablar”. Al rato Diomedes le propuso ser su animador. “Allí duré 32 años, al lado del más grande. Él era un excelente músico, un hombre que vivía para la música".
Esa ha sido parte de la vida de este grande del vallenato que no canta, ¡pero sí encanta!
Perfil
El portal lachachara.co hizo este perfil de Jaime Pérez: Jaime tuvo la oportunidad de conocer todas las ciudades de Colombia y varios países de Centroamérica acompañando a un circo. En 1966, cansado de tener la vida de un gitano, decide regresar a Valledupar donde comienza una nueva etapa de su vida: se convierte en radio operador de Radio Guatapurí.
“Cansado de tanto viaje decido retornar a Valledupar para darle otro rumbo a mi vida. Logro tener la oportunidad de trabajar como radio operador de Radio Guatapurí, la que es sin duda una de las etapas de mi vida, ya que abrió las puertas para entrar al mundo de la radiodifusión”, recuerda Jaime Pérez Parodi sobre sus inicios en el mundo de la radio.
La pasión de Jaime por la música vallenata era evidente, pero jamás pudo aprender a tocar un instrumento de este género musical. Él no se avergüenza de ese hecho. “No pude aprender a tocar ningún instrumento musical porque me desafino hasta tocando las palmas”, acota Pérez Parodi.
En esa época el que hablaba o escuchaba música vallenata era considerado corroncho, pero Jaime rompió ese paradigma al iniciar un programa para promocionar este género musical. “Me atreví a iniciar el programa Acordeones al aire en Radio Guatapurí. Inicialmente el programa era de 15 minutos de 7: 30 a 7:45 en las noches. A raíz del éxito, los directivos de la emisora me ampliaron el espacio a media hora”.
"Gracias a Consuelo Araújo Noguera logré ampliar el espacio a una hora. La Cacica era la directora de la Corporación de Turismo del Cesar y le compró el espacio a Radio Guatapurí para que promocionara el primer Festival Vallenato. Luego tomé la experiencia necesaria y terminé por tener mi propio espacio”, reseña Jaime Pérez Parodi sobre su primer programa radial dedicado a promocionar el folclor vallenato.
Asumió el rol de presentador del Festival de la Leyenda Vallenata desde 1972. El tono ronco de sus cuerdas vocales hace que los amantes de la música vallenata, cuando lo escuchan, reconozcan de inmediato que es Jaime Pérez Parodi el que está hablando, bien sea en una tarima o por radio.