La primera vez que una Papa visitó Colombia fue un jueves 22 de agosto de 1968. El cardenal Giovanni Battista Montini, el papa Pablo VI, llegó a Bogotá siendo el primer pontífice que visitaba a un país latinoamericano y fue recibido por el presidente de entonces Carlos Lleras Restrepo, tercer mandatario del Frente Nacional, esa especie de dictadura liberal-conservadora que prohibió la oposición política y que en contubernio se repartieron contratos y los puestos públicos del país. La estadía de Pablo VI fue de tres días. El primer mensaje demagogo que dio a los colombianos fue el de la humildad: se postró y besó el suelo inmediatamente bajó del avión. Beso mediático y asqueroso de los Papas.
Pero sin duda alguna la visita del Papa polaco Juan Pablo II es la que más recuerda el País del Sagrado Corazón. Este se diferenció porque estuvo en 10 ciudades durante siete días que se les llamó los ´días blancos´.
Wojtyla llegó a Bogotá el primero de julio de 1986 en donde fue recibido por el presidente de entonces Belisario Betancur, quien en su gobierno se produjo uno de los hechos más dolorosos de la historia de Colombia: la toma del Palacio de Justicia. Al igual que Pablo VI, Karol Józef Wojtyła besó el suelo colombiano. Su presencia causó un gran impacto, miles de personas estuvieron apostadas a lado y lado de la Avenida El Dorado por donde transito el papa móvil que le llevó hasta el centro de la ciudad, al Palacio Arzobispal. El santo padre llevó su mensaje hasta la población de Armero, Tolima, la cual precisamente unos meses antes había desaparecido en su mayoría por una avalancha que dejó más de 25 mil muertos.
La visita del Papa Francisco, que hará el 6 de septiembre de este año, sería la tercera que haría un máximo jerarca de la Iglesia Católica a Colombia. Bergoglio viene fundamentalmente a besar el suelo colombiano, darnos más lecciones de sometimiento y a respaldar de manera personal el proceso de paz, es decir, en esencia, otro hecho inepto e infértil. A este Papa lo recibirá el presidente más impopular de la historia patria de Colombia: Juan Manuel Santos, premio Nobel de paz y salpicado hasta la coronilla de mermelada política y coimas del cartel de Obredech.
49 años desde la visita de del Papa VI y 31 años desde Juan Pablo II han pasado, y la redención de Colombia no se ve ni por las esquinas. Estos Rockstars del catolicismo, que viven en medio de obras de arte y custodiados por la guardia suiza en El Vaticano y que cobran cifras de dinero estrambóticas por presentarse en un país, ni con sus rutinarias bendiciones a diestra y siniestra, ni con sus besos en el sangrado suelo del País del Sagrado Corazón, ni hablando con la humanidad ni con Dios, han podido redimir de la pobreza moral y económica a esta patria asesina, corrupta y rezandera llamada Colombia.
