Gloria Gaitán tenía tan sólo diez años cuando mataron a su padre, Jorge Eliécer Gaitán, el líder liberal más carismático y controvertido de la historia de Colombia. Fue un 9 de abril de 1948 y aquel trágico acontecimiento dio paso al Bogotazo, el estallido popular de ira y rabia que tiñó de luto, fuego, dolor, muerte y odio a la capital colombiana, pero también a todo el país. Desde entonces, Colombia cambió para siempre y el país no volvió a ser el mismo. Pero Gloria prefiere que recuerden a su padre por su vida y por su obra que no por lo que significó su muerte. Gloria Gaitán vivió en el Chile de Allende, en Rumania fue embajadora y en España estudió un master, amén de conocer casi toda Latinoamérica.
R.A.:¿Por qué cree que se quiso silenciar la memoria de su padre y silenciar su pensamiento y obra por parte de algunos gobiernos colombianos?
C.G.: Obvio que esto ocurra, porque sigo pensando que la figura de Gaitán sigue siendo peligrosa hoy para algunos. Su mensaje político sigue siendo muy fuerte y su figura histórica tan atractiva, por lo que es obvio que pretenden cometer el memoricidio, como han hecho durante años. No les bastaba con acabar con su vida, sino que también pretendían claramente acabar con su legado, utilizan tácticas pacíficas para acabar de una forma clara con cualquier forma de reivindicación.
Son tácticas sibilinas que hay que denunciar y que utiliza la derecha colombiana desde siempre. Por ejemplo, invitan al Papa a través de un monseñor de ideas derechistas, Libardo Ramírez, y le tienden una trampa al máximo jefe de la Iglesia católica, que consiste en llevarle a beatificar a dos sacerdotes que tuvieron un comportamiento poco ético y que llegaron a tener nexos con los paramilitares. Por ejemplo, el cura Pedro María Ramírez, que va a ser beatificado durante la visita del Papa a Colombia, que fue linchado tras la muerte de mi padre en Armero por haber estado implicado en atizar a los conservadores contra los liberales gaitanistas para que los mataran. Este hombre llegó a tener armas en su propia casa que incluso entregaba a esos grupos que actuaban contra los liberales. Fue un agente del paramilitarismo en Armero y estaba implicado en numerosos asesinatos de gaitanistas.
En este país, la Iglesia católica ha sido tradicionalmente de las ideas más reaccionarias y retrógradas, habiendo incluso participado junto con el Estado en el ejercicio de la violencia. La responsabilidades de muchos crímenes llegan claramente a la jerarquía eclesiástica. La Iglesia católica ha jugado un papel criminal en Colombia, incluso en las jornadas previas y después del 9 abril de 1948, cuando asesinaron a Gaitán. Han traicionado el pensamiento de Jesucristo en el sentido del amor al prójimo y de la defensa de los más débiles.
R.A.:¿Por qué cree que el Papa se ha metido en este laberinto?
C.G.:Porque en el Vaticano se tejen muchas conspiraciones. El Papa está caminando en este asunto de las beatificaciones sobre un campo minado y tiene muchos enemigos dentro de la Iglesia que conspiran contra él. Pero ahora, nosotros, en Colombia estamos trabajando para que conozca la trampa que le han tendido los sacedortes más derechistas y uribistas del país. Incluso tengo noticias de que varios sacerdotes y el ya citado Libardo Ramírez han estado en reuniones convocadas por Alvaro Uribe. Están manipulando descaradamente al Papa para desprestigiarle porque las cosas que está planteando ahora no les conviene a este sector reaccionario de la Iglesia. No olvidemos que este Papa, como Jesucristo, ha roto paradigmas siguiendo sus palabras de defender a los más pobres, mientras que los que le han tendido esta trampa están en la dirección contraria. Pese a todo, espero que cuando el Papa comprenda la dimensión del error y la trampa que le tendieron corrija lo que está haciendo. Debería destituir a los responsables de este desatino que supone esta beatificación a la que me he referido.
R.A.:Finalmente, ¿hacia dónde va Colombia?
G.G.:En Colombia lo que está pasando ahora es que la gente no cree ya en nada, ni en sus líderes, ni en las instituciones, ni en los partidos políticos tradicionales -conservadores y liberales-. Los dos grandes partidos están muertos y no representan a nadie. Los liberales están fuera de juego, están acabados. Se apela, por tanto, ahora al sentimiento religioso, que es el gran refugio de la gente en tiempos de crisis. Se vive una grave crisis y lo que padecemos en Colombia es que la estructura social se perpetúa por décadas, en el sentido de que los ricos de siempre son cada vez más ricos y los pobres, más pobres. Nada ha cambiado. La concentración de la riqueza cada vez es mayor en Colombia y se hace, se permite, de una forma escandalosa mientras convive con una pobreza brutal de la mayoría de la población. Pero como le he dicho antes, en otra parte de esta entrevista, creo que a la larga el capitalismo tal como lo hemos conocido hasta ahora acabará implosionado como fruto de sus contradicciones. Sobrevivirá algún tiempo, pero el capitalismo es un enfermo terminal que no morirá mañana pero no tiene futuro, acabará estallando y provocará una grave crisis que la padeceremos todos. No soy tan optimista como algunos con respecto al futuro ni de Colombia ni del mundo.
REFLEXIONANDO SOBRE CUBA Y VENEZUELA
R.A.:¿Qué percepción tiene ahora del modelo cubano y de todo lo que está ocurriendo en este país?
G.G.: Cuba tiene grandes obras que destacar, entre las que se encuentran la salud, la educación y el nivel de escolarización del país, que es muy alto. La protección del medio ambiente también es ejemplar. Pero el manejo de la economía por parte del Estado, controlada totalmente y ahogando la iniciativa privada, es y será un desastre siempre. Haber suprimido la iniciativa privada a los ciudadanos y haberla querido sustituir por ese modelo centralizado, creo que ha sido un grandísimo error. Yo, además, tampoco estoy de acuerdo en el partido único; me parece muy importante que exista una oposición para poder corregir errores. La competencia política, si es sana y honesta, siempre es muy positiva para un país y aporta creatividad.
También defiendo la libertad de pensamiento, pienso que el pensamiento único es una idea absolutamente abonimable. Creo que la influencia del pensamiento marxista en la revolución cubana dañó a ese gran proyecto, pero, si se es pragmático, hay que reconocer que no tenían otra posibilidad ya que tenían encima a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a los Estados Unidos. Buscaron un apoyo político para su revolución y lo encontraron en la extinta Unión Soviética. Así, el proceso cubano en manos de los comunistas, que eran los aliados de los soviéticos, y la revolución acabó en lo que es definitivamente hoy. Pudo haber sido una tercera vía para el continente pero finalmente acabó siendo un proyecto comunista en lo político y en lo económico, constituyendo un retroceso en lo que fue inicialmente. Además, como ya he dicho antes, la centralización y estatalización de la economía constituyó un fracaso sin género de dudas.
¿Existía otra alternativa distinta a la que eligieron los cubanos? Creo que no. Pero eso tampoco excluye que el modelo capitalista basado en la globalización entre en crisis y llevará indefectiblemente a la implosión del capitalismo, entrando en un periodo muy difícil y de muy pocas posibilidades para la lucha de los pobres porque la lucha guerrillera ya se agotó, la lucha electoral ofrece pocas posibilidades y solamente quedaría el camino del terrorismo, que sería en sí mismo terrorífico utilizarlo. Pasaremos tiempos muy difíciles, ya lo verá.
En el caso de Colombia, soy muy pesimista con respecto al proceso de paz porque llevó a las guerrillas, a las FARC, a desmovilizarse en muchas zonas mineras y en otras zonas sensibles para la economía. Este gobierno tiene un proyecto capitalista que pasa por las ideas globalizadoras y su fin último con el proceso tenía más que ver con ese proyecto que con la búsqueda de la paz. Necesitaban el proceso de paz para cumplir con las metas que tiene su proyecto económico de control de los medios de producción y de la economía.
R.A.:¿Cómo examina la crisis de Venezuela, creo que puede acabar en una cofrontación civil?
G.G.: Creo que sin duda hay ese riesgo de confrontación civil, pero también hay agentes externos interesados en desestabilizar Venezuela, como ha ocurrido en otras partes del mundo donde han intervenido las grandes potencias y más concretamente me quiero referir a Oriente Medio. Se está generando un conflicto artificialmente en Venezuela y eso también tendrá efectos negativos en Colombia. Es probable, que a la larga, si pasa algo en Venezuela, nos veamos implicados en esta crisis.
LA IZQUIERDA COLOMBIANA
R.A.:¿En qué falló la izquierda colombiana que nunca fue capaz ni por la vía política ni de las armas llegar al poder?
G.G.: La oligarquía colombiana nunca aceptó ni acepta aún hoy la alternancia en el poder y cuando está punto de suceder algo así, de producirse un cambio, es capaz de eliminar físicamente a quienes consideran sus enemigos. Así ocurrió con mi padre, que estaba ad portas de llegar al poder y amenazaba su status quo, sino que acaban generando una matanza, un genocidio. El instrumento de lucha, de mantenimiento en el poder, de la oligarquía colombiana es el asesinato en masa y planificado. Utilizan los magnicidios y el genocidio para acabar con cualquier expresión que cuestione su poder. ¿A esa forma de actuar cómo se le puede enfrentar? Pues solamente con la vía armada, como hicieron las FARC y otros grupos, pero tampoco perdamos de vista que la violencia todavía continúa en Colombia, ya que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) permanece activo y alzado en armas. Creo, además, que el proceso de negociación con el ELN va a ser mucho más difícil que el logrado con las FARC.